lunes, 28 de febrero de 2011

Capítulo diecisiete.

Aquí estoy otra vez, y esta vez os aviso de que tardaré en subir bastante.
No tengo más capítulos escritos y..no pienso escribir sobre la marcha, que después me canso y no subo más xD Por eso intentaré escribir lo más rápido posible y subir, lo prometo :3

Me gustaría preguntarle al mundo si sabe lo que es la felicidad.
¿Amor? ¿Dinero? ¿Familia y amigos? Seguramente todo el mundo contestaría alguna de esas cuatro cosas. Y, ¿sabéis qué? Se equivocarían.
La felicidad somos nosotros mismos, o eso es lo que yo pienso.
Yo ahora soy feliz. ¿Por qué? Porque gracias a lo que ha hecho Danny, yo ahora mismo puedo decir que lo soy.

Lo que ha hecho Danny..aish.

Miro el peluche y sigo con la sonrisa en la cara.
No entiendo a qué viene todo ésto, pero me gusta. Me gusta mucho.

Salgo de mi nueva habitación de ensueño y lo veo ahí, plantado en el salón.
Está quieto, solo mueve el pie marcando un ritmo y enlaza sus manos cada dos segundos.

- Da..Danny. - digo lo más alto que puedo ahora mismo.

- ..¿Qué? - responde levantando la cabeza.

- No entiendo nada. ¿Por qué has hecho todo ésto? - le pregunto.

- Pues.. - comienza nervioso - no sé, pensé que te gustaría.

- Y me gusta. Me gusta muchísimo.

Danny sonríe y yo sonrío con él.
Y entonces, sin saber si debo hacerlo, le doy un abrazo. Así, sin más. Porque quiero y necesito hacerlo.
Lo mejor de todo es que Danny no me separa, si no que me lo corresponde.
Ahora vuelvo a confirmar que sé lo que es la felicidad.

- Gracias. - susurro en su oído.

- A ti por soportarme. - dice riendo.

Me separo buscando su mirada y puedo ver sus ojos brillantes, más que nunca.
¿Emocionado o simplemente feliz? No soy capaz de descifrarlo.

- Y..bueno, ¿cenamos? ¿Qué te apetece? - me pregunta.

- No sé, lo que sea.

- Elige Dougie, hoy es tu día. - responde.

Tras mucho pensar, decido que quiero algo sencillo. Lo que sea, pero nada contundente, no tengo mucha hambre.
Danny asiente y se va a la cocina dejando caer un 'te voy a sorprender'. Yo río y como siempre, comienzo a pensar.
Todo lo que está pasando es demasiado extraño. Es como un sueño, una ilusión.

Vamos Dougie, despierta. Seguro que todo es mentira. ¡Vamos!

Cierro los ojos y me doy un par de bofetadas.
Abro los ojos y nada, sigo en el sueño.
Vuelvo a hacer el mismo recorrido y cuando vuelvo a abrirlos, veo a Danny observándome con una mueca bastante graciosa.

- ¿Se puede saber a qué juegas? - pregunta con los ojos abiertos.

- Eh..bueno..es que..ésto parece un sueño. Solo quería comprobar si lo era. - respondo avergonzado.

- Pues no, no lo es. Así que deja de pegarte, a ver si vas a estropear esa carita de bebé que tienes.

Sonrío y Danny pone un par de vasos en la mesa.
A los pocos segundos, vuelve con un plato: Pizza. Típico, fácil y sencillo, como yo quería.

- ¿No ibas a sorprenderme? - pregunto riendo.

- Sí, bueno..mejor en el postre.

Asiento y comenzamos a comer.
Hay un gran silencio, y hoy, por primera vez, eso me incomoda.

- Eh..¿por qué hoy es mi día? - le pregunto.

- Por culpa de mi hermana.

- ¿Cómo?

- Verás, ayer me dijo que eras muy bueno y que..debía de agradecerte el estar aquí conmigo. - dice.

- Bueno, te recuerdo que estoy obligado. - digo aun sonriendo.

Vale, la he cagado.
Prometo que no quería que sonara tan mal pero..lo ha hecho.
Danny cambia la sonrisa por una cara de indiferencia y sigue comiendo, al parecer le ha molestado bastante. Y con razón.

- Danny - digo serio - lo siento. Se ha entendido mal.

- No, se ha entendido perfectamente. Y es la verdad, no tienes por qué disculparte.

- ¡No! Ya te dije que si me pudiera ir, no lo haría.

Se queda en silencio unos segundos y me mira.
Clava su mirada en mí, como si intentara traspasarme y así saber si estoy diciendo la verdad.

- Te lo digo de verdad, Danny. - digo intentando darle seguridad.

Niega la cabeza mientras se levanta de la silla y comienza a dar vueltas sobre sí mismo.
Me está poniendo demasiado nervioso, y no dice nada.

- ¡Que no joder! - grita asustándome - ¡Que es imposible que no te quieras ir!

- Si te lo digo es porque es cierto, créeme.

- A ver Dougie, te he hecho la vida imposible. En todo este tiempo no te he dejado salir de aquí, te he despertado con insultos y te he tratado como si fueras lo peor del mundo. ¿Acaso te sientes agusto con alguien que te trata así? - suelta aún gritando.

Respiro hondo para mantener la calma y le contesto.

- No. Pero así fuiste los primeros días..ahora mira. - digo señalando los globos y las tiras de papel.

- Pero eso es solo ahora. Dougie joder, que soy un cabrón. ¿Por qué cojones quieres quedarte aquí? ¿Eh? - dice gritando más fuerte.

Antes de que pueda responder, le da un fuerte golpe a la mesa y sigue dando vueltas en círculo.
La verdad es que tengo miedo. Danny está muy enfadado, y la última vez que lo vi así me hizo daño.

- Danny..

- ¡Que no! ¡Déjame, vete! - grita señalando la puerta - ¿No entiendes que aquí te vas a pudrir?

- Me da igual, estaré contigo. - susurro acercándome un poco.

- ¿Conmigo? ¿Y para qué quieres estar conmigo? Si doy asco.

- No das asco Dan. - digo acariciándole el brazo - A mí me gustas. Tu forma de ser y eso, quiero decir.

Me sonrojo y Danny se da la vuelta para mirarme.
Ahora puedo decir con toda seguridad que sus ojos brillan de emoción, de tristeza. Incluso de decepción.

Muy bien, declárate si eso.

- ¿De verdad? - me pregunta.

- Sí. Yo..aquí me siento bien, no me hace falta nada. - le digo - Además, no es que me hayan echado mucho de menos..

- Eh - dice agarrando mi barbilla - eso no importa. Dougie, eres una persona increíble. Ignora a los demás.

Y ahora, ¿qué se supone que debo decir? El día de hoy me está superando.

- Si tú piensas así..puedo dormir tranquilo. - digo sonriendo. - Pero..por favor, deja de pensar que te odio y que das asco. No es cierto.

Su cara vuelve a cambiar y la tristeza se implata de nuevo en su mirada.

- Sí que lo soy, y no hay más que hablar.

Cierra los ojos y deja escapar una lágrima.
Una lágrima de Danny es como un pequeño copo de hielo. Delicado, de esos que no se dejan ver con facilidad y que las pocas veces que salen, no quieren que nadie los observe.

- No llores por favor. - le suplico.

Veo cómo comienza a ponerse nervioso, es como si no escuchara lo que le digo, como si ahora mismo estuviera él solo.
Comienza a llorar de forma más intensa y mi corazón se hace un puño.

Vamos, dile algo. No te quedes aquí parado.

- Danny, mírame. - digo casi obligándole - No llores por cosas que no son verdad.

- Sí que son verdad.

Niega mi mirada y se sienta en el suelo.
Sigue llorando, y mira a un punto fijo sin parar de temblar.
Creo que está sufriendo un ataque de ansiedad, a mí me pasa mucho.
Me acerco a él y paso mi mano por su espalda, necesita sentirse protegido.

- Escúchame pecoso, - le susurro - tú eres una persona que vale mucho, pero te cuesta mostrarlo.

- Mentira. - responde.

- Es verdad, te lo digo yo que ya te conozco de sobra. No eres para nada detestable, al revés..

- Claro, por eso nadie me quiere. Dougie, ¡compréndelo! ¡Soy una mierda y las mierdas se quedan solas! ¡Vete a tu casa! - grita de nuevo.

Intento calmarle a la vez que me contengo para no echarme a llorar.
Lo estoy pasando mal, pero ponerme a llorar ahora mismo no ayudaría lo más mínimo.

- Eso no es verdad. - le digo - Yo..yo sí te quiero.

Estoy pasando uno de los momentos más horribles, tristes y vergonzosos de mi vida, pero me da igual. Necesito que Danny sonría, que deje de mostrarme delicados copos de hielo.

- ¿Qué dices? No hables estupideces. - responde.

- No son estupideces, es muy cierto. Te quiero, Danny.

Se gira y volvemos a la lucha de miradas.
Triste contra triste.
Decepción contra alivio.
Azul contra gris.
Cariño contra amor.

- ¿Me..me crees? - le pregunto.

Como respuesta recibo un abrazo.
Siento sus lágrimas en mi hombro, su respiración en mi piel y la sinceridad en sus brazos.
Nos quedamos en silencio hasta que me susurra:

- Te creo enano. Ah, y yo también te quiero.

Y podría morir de felicidad ahora mismo.

sábado, 26 de febrero de 2011

Capítulo dieciseis.

¡Llegó el momento de vomitar arco iris! e_e
Os aviso de que es cursi hasta para mí xDDD


Anoche conseguí dormirme poco después de enterarme de lo de Danny.
En cierto modo, todavía no lo asimilo. No es que no le pueda gustar nadie pero..¿Danny enamorado? Suena a chiste.

Me levanto y no hay nadie en casa, pero el desayuno está hecho.
Seguro que Vicky lo ha dejado preparado para mí antes de irse, qué mona.

¿Ya volvemos con el qué mona? Dougie, que tienes una edad..

Me siento en la mesa, me echo el zumo y comienzo a comerme las tostadas.
No están quemadas, lo que confirma que las ha hecho Vicky. A Danny siempre se les queman, aunque sea solo una.
Danny es torpe, muy torpe.

Recojo los platos y escucho la cerradura. Al parecer ya están aquí.
Ambos vienen riendo juntos, les envidio demasiado.

- ¡Hola! - me saluda Vicky.

- Ey, ¿qué tal? - pregunto sonriendo.

- Bien, venimos de comprar cosillas para esta noche.

Yo asiento y busco a Danny con la mirada.
Entra lleno de bolsas, con la cara roja y una sonrisa enorme.

Y vaya sonrisa..

- Buenos días enano. - me dice feliz.

- Buenos días.

Le devuelvo la sonrisa y voy al cuarto a vestirme.
Me pongo lo primero que pillo y cuando salgo Vicky y Danny están hablando de lo mismo que ayer.
Decido esconderme detrás de la puerta. Sí, soy un maleducado de cojones, pero es lo que hay.

- Dan, ya lo hablamos ayer y dijiste que lo harías.

- Pero no puedo. Te juro que no puedo. - le contesta él.

- ¿Tan difícil es? Como si nunca hubieras hecho ésto..

Danny resopla y se cruza de brazos, al parecer algo no va bien.
Veo que Vicky le pone una mano encima del hombro apoyándole y le dice algo.

- Vamos..sé que puedes. - susurra ella.

- Yo creo que no.

- Yo sé que sí. Además, no nos hemos gastado el dinero en nada. - dice señalando las bolsas.

Danny sonríe y su hermana le da un abrazo.
Nunca había visto esta faceta de Danny, y la verdad es que es tremendamente adorable. Se ve que ha preparado algo para la chica de la que está pillado pero no cree que pueda conquistarla.
Es estúpido, Danny puede conquistar a cualquiera.


Las horas pasan y Vicky ha dicho ya cinco veces que vuelve esta noche a Bolton.
No entiendo por qué lo repite tanto y en voz alta, pero me hace gracia.

- Vendrás a llevarme, ¿no Dougie? - me pregunta.

- Eh..¿yo? ¿Llevarte?

- Dougie no sabe conducir idiota. - le dice Danny.

- Bueno, tú me llevas y él nos acompaña. - responde ella.

- Claro.

Le sonrío y me siento lleno.
Al parecer le he caído bien, y eso me gusta.

- ¿Vamos? - pregunta Dan.

- ¿Ya? Qué rápido te vas. - digo sorprendido.

- Es que..ya sabes, mi madre. Me echa de menos. - responde Vicky.

Yo asiento extrañado y cojo mi chaqueta, estoy seguro de que fuera hace frío.
Nos montamos en el coche y al igual que ayer, ellos hablan mientras yo miro por la ventana.
Pienso en quién será la chica que le gusta a Danny y no se me pasa nadie por la cabeza.

¿Cómo se te va a pasar alguien? Si vives aislado besugo.

Río ante mi pensamiento y veo que ya hemos llegado.
Vicky sale a por sus maletas y se despide de mí con un gran abrazo.
Definitivamente esta chica es maravillosa, me encanta.

Danny la acompaña hasta la puerta y tras varios minutos, vuelve al coche.
Le da dos golpes a mi ventanilla y me dice:

- Siéntate a mi lado si quieres.

Sonrío y salgo sin pensarlo.
Me gusta el asiento de copiloto, me gusta sentarme a su lado.

- Bueno.. - comienza - ¿Te ha caído bien mi hermana?

- ¡Genial! Es muy simpática.

- Ya. Es..increíble.

Danny arranca y sus ojos están brillantes.
No de tristeza, si no de orgullo. Se siente realmente orgulloso de su hermana.
Miro por la ventanilla y no conozco ninguna de las calles por las que estamos pasando, creo que está cogiendo un camino totalmente distinto.

- ¿A dónde vamos? - pregunto.

- A casa.

- Pero..éste no es el camino.

- Ya..es que..bueno..Harry está allí con una chica y quiero dejarle tiempo. - responde nervioso.

Yo asiento y sin saber por qué me siento molesto.
La última vez que vi a Harry fue el día después de que me besara y..bueno, en cierto modo no he podido perdonarlo. Me hizo daño, mucho. Y aunque fue idea de Danny, él no ha venido a disculparse ni una vez más.

Nos llevamos más de media hora dando vueltas sin sentido, los dos en silencio.
Empiezo a sentirme incómodo, quiero volver y tirarme en la cama.

- ¿Falta mucho?

- ¿Por qué? - pregunta.

- Es que..estoy mareado.

- Si quieres paro. - me dice.

- No, solo necesito ir a casa.

Danny suspira y yo tiro mi cabeza hacia atrás.
Tantas vueltas no me sientan bien, y parece que mi cabeza vaya a explotar en cualquier momento.

A pesar de mis intentos de súplica, Danny conduce como una tortuga. Se ve que quiere dejarle bastante tiempo a Harry, aunque yo me muera por ello.
Tardamos casi otra media hora en llegar, y cuando por fin lo hacemos, tarda una eternidad en aparcar.

- Danny - le digo - yo creo que ya ha tenido tiempo suficiente.

- Por si acaso..

Rechisto y Danny aparca con cuidado, muy despacio.
Salimos del coche y como si me leyera la mente, me dice:

- No vayas rápido, ya sabes.

Se pone delante mía y me obliga a ir a su paso.
¿Lento? Se queda corto para la velocidad que lleva ahora mismo en sus pies.
Llegamos a la puerta y Danny llama dos veces bastante flojito.
No sé si entiende que así nadie se enterará.

- Así no lo escuchará. - le digo.

- ¡Calla pesado!

Me callo y vuelve a llamar. Esta vez un poco más fuerte.
Desde el fondo de la casa puedo apreciar un "¡Vooooy!" bastante apresurado. Creo que le hemos pillado en mal momento.
Dos minutos y Harry se encuentra sonriente abriéndonos la puerta.

- ¡Hola!

- Has..hecho..¿eso? - le pregunta Danny.

- Claro, me habeis dejado tiempo suficiente. - dice Harry guiñándole un ojo.

Yo sonrío para mis adentros y hago el intento de entrar, pero ninguno de los dos me deja.

- Dougie - dice Harry - quería pedirte perdón, de verdad.

- Felicidades. Ahora quiero ir a dormir, me duele la cabeza.

- ¿Pero me perdonas? - me pregunta.

- Claro que no.

No sé por qué, pero no quiero perdonarle.
Me molestó demasiado todo lo que hizo y..que no, que no quiero.

- Mira Danny, yo lo he intentado. Es culpa suya. - dice cabreado.

- ¿Me dejas pasar a dormir ya o qué? - le pregunto.

- Sí, pasa. Pero no creo que puedas dormir mister simpatía.

Se va enfadado y me deja con una poker face que ni Kristen Stewart.
Miro a Danny y lo veo entre nervioso, avergonzado y sin saber dónde meterse.

- ¿Por qué no voy a poder dormir?

- No sé. - me dice.

- Como lo hayan hecho en mi cama..

Danny sonríe y niega con la cabeza, él sabe por qué no podré y no quiere decírmelo.
Me encojo de hombros y entro, todo está oscuro.
Persianas bajadas, luces apagadas y ni un solo ruido.

Ahora es cuando el monstruo de las galletas sale de la nada.

- ¿Danny? - pregunto mirando a la puerta - ¿Por qué no hay luz?

- No sé.. - dice muy bajito - creo que deberías de encender.

Resoplo medio enfadado y tras mucho buscar, encuentro el interruptor.
Le doy, la luz se enciende y..estoy en un sueño. Seguro.
Me he desmayado y ahora estoy soñando, es obvio.

- ¿Qué-qué-qué es ésto? - pregunto sin creerlo.

- Es..para ti. - me contesta Danny.

La casa está llena de cosas de colores.
En la mesa puedo ver miles de nubes de gominola junto a tres discos de Blink; encima de la tele hay una figura de un lagarto; la lámpara tiene colgada más de veinte tiras rizadas de colores diferentes, y no me quiero ni imaginar cómo estará la habitación.

Ando hacia ella y me choco con algo.
Un globo con algo escrito: Me he acordado de algo..
Y otro: cuando era pequeño, mi padre antes de irse..
Y otro más: me dijo que si yo quería, si lo deseaba..
Uno azul: podía construir mi propio mundo.
Uno verde: Yo me reí, y ahora he visto..
Amarillo: que tenía razón.
El último antes de llegar: Por eso he construído el tuyo.

Levanto la vista con una sonrisa de gilipollas en la cara y veo la habitación.
¿Habitación? Mejor podría llamarse paraíso.
Hay más colores, más lagartos y más Blink. Discos enormes, nubes con mi nombre y chucherías por todas partes.
En la cama, una especie de carta:

"Lo siento, no te he podido traer el unicornio rosa porque no me dejan meter mascotas en la casa, dicen que ya hay bastante conmigo. 
Por eso te he traído algo parecido, mira en la estantería de tu derecha. 
Danny."

Sonrío y miro hacia mi derecha, viendo que no hay ninguna estantería.
Creo que Danny se perdió el capítulo de Barrio Sésamo en el que decían cuál era la derecha y cuál era la izquierda.
Me dirijo hacia la estantería de la izquierda y al verlo, comienzo a reír histéricamente.
Hay un peluche rosa. Un peluche de un unicornio. Y en la mano tiene una flor, una flor amarilla.
Es lo más cursi e increíble que he visto en mi vida, y viene de Danny.

El pecoso es un idiota..pero un idiota demasiado achuchable.

Capítulo quince.

Carmen no debería de estar aquí porque no ha escrito más capítulos, pero está.
Pues nada, capítulo quince. Aquí empiezan las movidas en la cabeza de Danny e_e
¡A leer!


Hace bastante tiempo que dejé de preocuparme por saber cuántos días llevo aquí.
Me he dado cuenta de que Danny no es tan malo y empiezo a considerarlo mi amigo.

¿Amigo? ¿Y dónde queda Tom?

- Dougie, ¿vienes o qué? - me grita desde la puerta.

- ¿A dónde?

- Joder, estás empanado. Te he dicho mil veces que hoy viene mi hermana y quiero ir a recogerla.

- ¿Y dónde la recoges? - le pregunto.

- Debajo de un almendro. ¿Dónde la voy a recoger? ¡En Bolton!

Danny resopla y yo sonrío por lo bajo.
Me encanta hacerle rabiar, se pone aún más guapo cuando está enfadado.

- Mira enano, tienes dos segundos para elegir. Uno..

- ¡Que sí, que sí! - grito levantando los brazos.

Danny asiente y ambos salimos de la casa.
Hace días que no me grita ni me insulta, y aunque me parece demasiado sospechoso, me hace sentir mejor.
Me saca todos los días y me deja dormir solo en la cama. Puede que suene un poco mal y que parezca que soy un animal pero..bah, yo me entiendo.

- ¿Cómo es que me has dejado ir contigo? - pregunto rompiendo el hielo.

- No sé, ¿no te cansas de estar encerrado?

- Sí, pero se supone que me has secuestrado..¿no?

Nada más decir eso me siento estúpido, muy estúpido.
Está claro que toda esta situación hace mucho que dejó de ser algo parecido a un secuestro, si es que llegó a serlo en algún momento.

- Bueno, se supone. En realidad no hice algo tan feo, nunca te he hecho daño. - responde.

Maaaaaaaac. Error. Respuesta incorrecta.

- Eso no es del todo cierto..

Hablo bajito, no quiero que se enfade ahora que las cosas van más o menos bien entre nosotros.

- ¿Eh? ¿Cuándo te he hecho daño yo a ti? - pregunta indignado.

Si no fuera porque me da miedo acabar con un ojo morado y dos costillas rotas, le pegaría un tortazo ahora mismo.
Se ve a leguas que Danny tiene un morro que se lo pisa, pero, ¿tantísimo? Me parece increíble que me haga esa pregunta.

- Danny - digo serio - te recuerdo que Harry y tú me engañasteis. Te recuerdo que Harry me besó y me hizo creer que éramos amigos por tu culpa. Que me pegaste, que te reíste de mí diariamente..¿sigo?

- No, no hace falta.

No sé si es que le ha molestado lo que he dicho o es muy buen conductor, pero Danny no aparta la mirada de la carretera.
Por el tiempo que llevo viviendo con él, deduzco que es lo primero.
Siempre se enfada por todo lo que le digo, aunque el afectado sea yo. Es como si con mis palabras hundiera su ego, y eso a él no se le hace.

Le miro y sus ojos siguen clavados en la misma dirección, cuando de repente frena el coche y se gira para mirarme.
Me da miedo cuando nuestras miradas se enfrentan, siento frío a mi alrededor.

- ¿Por-por qué paras? - tartamudeo.

- ¿Te lo he hecho pasar muy mal? - pregunta - Durante este tiempo, digo.

- Pues..no sé, no tanto. - miento.

Danny respira demasiado fuerte y da dos golpecitos al volante.
Es uno de esos momentos en los que me siento demasiado perdido.

- ¿A qué viene eso? - pregunto buscando su mirada.

- Es que yo no quería hacerte daño. - me dice.

Parpadeo varias veces y pienso en darme un pellizco.
Es imposible que Danny me esté diciendo eso, imposible.

Suena a trampa..cuidado Dougie.

- Eh..

- Sí, suena raro teniendo en cuenta que te tengo alejado del mundo, pero no quería hacerte daño.

- Yo..

- Simplemente.. - continua - me haces gracia, nada más.

Yo balbuceo y pienso la respuesta.
La verdad es que no me esperaba para nada estas palabras, y no sé qué decir.

- ¿Secuestras a todo el mundo que te hace gracia? - pregunto en un intento de humor.

- No - dice mostrándome una sonrisa - Pero es que a la vez te odiaba.

Ya estaba tardando en decirlo.

- Y..¿ya no me odias? - pregunto temiendo la respuesta.

- Bueno, digamos que te odio un poco menos.

- Bien..supongo.

- ¿Tú me odias? - pregunta sin mirarme.

Y mi mundo se para.
La imagen se queda congelada como si de una fotografía se tratase y mi garganta se seca.
Es peor que si me hubieran pedido matrimonio, lo juro.
Y es que..¿yo odio a Danny? ¿Qué es exactamente lo que me hace sentir?

- No sé. - respondo sinceramente.

- ¿Cómo que no sabes? Debes odiarme..

- ¿Es una orden?

- No, es una conclusión. Seguro que te caigo mal, es obvio. - dice rechistando.

Pienso y tiene bastante razón.
Una persona que te putea diariamente no puede caerte bien, si no al revés.

Pero él es distinto..

- Al principio te odiaba mucho, te tenía asco. - comienzo - Me entraban ganas de pegarte todo el rato, me hacías sentir como una mierda y..

- Eh, tampoco te desahogues tanto. - dice cortándome - ¿Y ahora?

- Ahora..pienso que no eres tan mala persona como aparentas.

Danny asiente y vuelve a arrancar dando por finalizada la conversación.
Supongo que se nos ha hecho tarde y no llegaremos a tiempo para recoger a su hermana, o quizás simplemente no sabe qué decir y se ha cansado.

Nos llevamos más de una hora metidos en el coche lleno de silencio, hasta que por fin veo que Danny empieza a disminuir la velocidad.
Hemos llegado.

- Espera aquí. - dice apuntándome con el dedo.

Yo asiento y miro por la ventanilla.
Puedo ver a Danny acercándose a una casa blanca en la que le espera una chica, será su hermana.
Cuando llega hasta ella, se saludan con un abrazo y veo que mira hacia el coche extrañada. Probablemente se haya dado cuenta de mi presencia.

Y ahora..¿qué le piensa decir?

Tras dos minutos, ambos se dirigen hacia aquí y mi mente se empieza a saturar.
¿La saludo, la ignoro? ¿Será igual que Danny? Miles de preguntas pasan por mi cabeza en milésimas de segundo.

- Dougie - me dice Danny golpeando el cristal - ¿Te importa irte atrás y dejar aquí a mi hermana?

Educación y simpatía..¿dónde se ha quedado el verdadero Jones?

- No, claro que no.

Salgo del coche y la chica me sonríe.
Tiene exactamente la misma sonrisa que su hermano, y eso me hace gracia.

- Ella es Vicky. - dice Danny - Y él Dougie.

Ambos sonreímos y entro en la parte de atrás.
Durante todo el camino hablan animados, mientras yo pienso y miro por la ventana.
Ver a Danny con su hermana me recuerda a la mía, la echo de menos.
Nos peleábamos diariamente, pero no tardábamos ni cinco minutos en volver a estar bien.
Definitivamente echo de menos mi vida.

Cuando quiero darme cuenta ya hemos llegado, y se ha hecho de noche.
Como cada día, Danny hará la cena mientras yo tendré que estar con Vicky, cosa que no me gusta.

- Bueno..¿y cuántos años tienes?

- Dieciseis. - respondo.

- Uno menos que mi hermano..pero seguro que eres menos tonto. - dice riendo.

Yo río con ella, lleva razón.
Siempre pensé que era la persona más tonta que podía existir hasta que conocí a Danny.

- Y..¿tienes hermanos?

- Sí, una hermana.

- ¿De qué conoces a Danny? - pregunta.

Pienso rápidamente una respuesta convincente pero no me viene nada.
Podría decir que nos conocimos en la biblioteca, pero no sabría cómo continuar.
Por suerte escucho los pasos apresurados de Danny llegar hasta la mesa.

- Anda Vic, déjalo ya. - le dice sonriendo.

- ¡Solo quiero saber más de él! Jope. - contesta poniendo pucheritos.

Yo río de nuevo, Vicky es mucho mejor que Danny.
Mucho no, muchísimo. Ella es buena persona desde el primer momento. Y graciosa, y simpática, y guapa. Incluso más guapa que Danny.

Vale no, tampoco te engañes majo.

Cenamos entre risas y preguntas, y me siento feliz.
Nunca había estado tan cómodo desde que me vi obligado a vivir en esta casa, nunca.
Decido irme a dormir para dejarles algo de intimidad, supongo que querrán hablar de sus cosas.

- Buenas noches. - me dice Vicky con su mejor sonrisa. - ¡Que descanses!

- Igualmente Vicky. Buenas noches Danny.

Danny me sonríe y me siento mucho mejor. Eso de que Vicky haya venido me va a ayudar bastante con mi relación con él, o eso creo.

Me meto en la cama en busca del sueño, pero éste no llega.
Por más que lo intento no consigo encontrar la postura adecuada, y tengo los ojos como platos. Desde aquí puedo escuchar la conversación que están teniendo, y aunque es de mala educación, presto atención. Quiero enterarme.

- ¿Y eso es un problema? - pregunta Vicky - Es que es muy mono, normal que te caiga bien.

- No Vicky no, es que me cae DEMASIADO bien..¿sabes lo que digo?

- Pues..no. O sea sí, pero sigo sin verle el problema. - responde ella.

- Que..no sé, nunca nadie me había gustado tanto. Y sí, he dicho gustado. - refunfuña Danny.

- ¿Te-te-te gusta? Espera, ¿gustar de gustar? - pregunta sorprendida - ¿De eso que dices hoy quiero regalarle una caja de bombones y mañana matarle a besos?

- Exacto.

- ¿De eso que tienes ganas de tirártelo?

- ¡Vicky! - exclama Danny.

- Responde. - ordena su hermana.

- Sí.

Y ahora escucho su risa, la de ella.
Y ahora no entiendo nada.
¿Danny está pillado por alguien? Pero si aquí no hay nadie..

Como no se vea con alguien por las mañanas cuando se va, no pillo nada.

jueves, 24 de febrero de 2011

Capítulo catorce.

Bueno señoras, aquí estoy again.
Capítulo catorce: aviso que es muy largo pero no está muy bien, porque lo hice al día siguiente de volver de Inglaterra y estaba un poco perdida xD
¡Podéis tirarme tomates si no os gusta!


Los días pasan, y puedo decir que no me quejo de pasar aquí las horas muertas.

Dependiendo del día, Danny se porta mejor o peor conmigo, pero últimamente los días suelen ser buenos.
Siempre hacemos algo nuevo, no me deja amargado en la casa como cualquier otro secuestrador haría. Bueno, como dijo él, secuestrador es una palabra muy fea. Pero, ¿cómo debería de llamarlo? ¿Persona que me coge prestada? Eso es demasiado largo.

Dejo a un lado mis pensamientos y miro al baño. Danny lleva ahí más de media hora y yo necesito entrar, no aguanto más.

- ¡Necesito entrar, sal por favor! - grito.

- Espera un poco macho. Es mi momento musical. - contesta en mi mismo tono.

- ¿Momento musical? - pregunto extrañado.

- Sí, ya sabes..la hora de jugar a la oca.

Me quedo callado y sigo pensando en el significado de sus palabras.
No, no entiendo absolutamente nada.

- Sigues sin pillarlo, ¿verdad? - grita divertido.

- Pues sí, sigo igual. O hablas mi idioma o no lo pillo.

- A ver enano..jugar a la oca. - dice otra vez - Y de oca en oca, paja porque me toca.

Danny comienza a reír escandalosamente como solo él sabe, y a mí me entran arcadas. No tengo nada en contra de eso pero..se supone que es algo íntimo y él lo grita a los cuatro vientos.

¿Me está hablando mientras..? Oh, no.

- Tranquilo, no estoy haciéndomela ahora mismo. Puedes respirar. - dice saliendo del baño y sin parar de reír.

Rechisto y le miro intentando que note el asco que me da, pero al verle no lo consigo.
Está totalmente mojado, con solo una toalla tapándole. Y desde mi punto de vista, una toalla demasiado pequeña, de esas que tapan el mínimo posible.
Noto como mis manos se empiezan a poner sudorosas, al parecer estoy nervioso.

- Voy a entrar al baño. - digo sin mirarle.

Cuando estoy a punto de entrar y mi corazón se está relajando, Danny me coge del brazo y me gira quedándonos totalmente enfrentados.
Ojos contra ojos. Azul contra gris.

Vamos Dougie, aguanta la mirada. Puedes hacerlo..tú puedes.

- ¿Qué-qué pasa? - pregunto lo más relajado que puedo.

- Nada, que me ha parecido verte nervioso..¿lo estás? - dice sonriendo.

- No..solo quiero ir al baño.

Me safo de su agarre y salgo corriendo de allí.
Simulo que no aguanto más y cierro la puerta dando un portazo.
En realidad es cierto, no puedo más. Hace días que mi mente no para de dar vueltas e imagina cosas extrañas. Estar solo con Danny diariamente es demasiado difícil.
Despertarme y ver sus miles de pecas al lado hace que me entren escalofríos, divertirme y pasármelo bien haciendo todo lo que él quiere me parece entretenido, y estar pensando en él ahora mismo se ha hecho rutina.

Me apoyo en el lavabo y me miro en el espejo. Es la primera vez que no siento asco.
Hace ya bastantes años que el hecho de mirarme en un espejo me aterra, me repugna.
Odio ver mi reflejo, no me gusta nada de lo que sale en él. Pero hoy es distinto.
Por primera vez, no cojo cualquier toalla para tapar el espejo, si no que me quedo ahí, mirándome. Veo a alguien nuevo, a alguien diferente. Quizás Danny tenga razón y me esté beneficiando pasar con él tantas horas.

Danny. Jodido pecoso.

Al pensar en su nombre recuerdo el por qué estoy en el baño.
Primero: necesitaba descargar los litros de agua que había bebido.
Segundo y más importante: necesitaba huir de él.

Huir. Quizás sea una palabra demasiado seria..pero es cierto.
No me gusta ver a Danny ligero de ropa, me pone enfermo. Es como si todas mis hormonas se volvieran locas y comenzaran a bailar. Como si el mundo diera vueltas y solo él se quedara quieto. Como si toda mi vida se rompiera y mis pensamientos solo se basaran en él.
Es completamente horrible.

Me echo agua fría en la cara y tras hacer mi necesidad salgo decidido.

Si sigue medio desnudo, no le mires.

Paso la mirada por toda la habitación y no veo a nadie, al parecer Danny no está.
Me dirijo al frigorífico, lo abro y solo hay cerveza.

Algún día podría comprar zumo o algo así..

Decido echarme un vaso de agua para no morirme de sed. Más sano y económico.

- Joder enano, no pasa nada por beber cerveza. No se te cae el pelo ni nada de eso. - dice a mis espaldas.

Al no esperar su presencia, doy un respingo y se me cae el vaso al suelo. Perfecto.
Danny sigue riéndose como si nada hubiera pasado y yo comienzo a ponerme nervioso de nuevo.
Odio que se me caigan las cosas al suelo y se rompan en miles de trocitos, da mala suerte.
Me agacho y comienzo a recoger todos los trozos de forma acelerada.

- Eh, relaja que no pasa nada. Es solo un vaso. - dice ya sin reír.

- No voy a dejarlo aquí.

Danny se agacha y observa cómo recojo cada trozo, cosa que me pone aún más nervioso.

Ya podría ayudar y hacer algo por la humanidad.

Sigue mirándome y deja caer una pequeña sonrisa.

- ¿De qué te ríes? - le pregunto.

- De ti. Cada día me haces más gracia. - dice sin parar de sonreír.

- ¿Y ahora que es lo gracioso? ¿Nunca has visto a nadie recoger un vaso?

Rechisto y cojo un paño para secar el agua que ha caído.
Danny sigue ahí, observándome en silencio.

¡Que deje de mirarme por dios!

Cuando por fin recojo y seco todo, Danny se levanta y se pone a mi altura.
No sé qué le pasa, pero no aparta su mirada de la mía, y eso no me gusta.

- ¿Quieres una foto o algo? - digo lo más borde posible.

Él se ríe ignorando mi pregunta y sin mover ni un pelo.
Ya empieza a preocuparme, ¿querrá hacerme algo?

- Ah vale, que prefieres un póster firmado..¿verdad?

- No. - responde seco.

- Pues entonces deja de mirarme ya. - contesto fruciendo el ceño.

Se gira y se dirije a la puerta, supongo que a dar una vuelta con el coche, como cada día.
Justo dos segundos antes de salir, se da la vuelta y me dice:

- Ah, que sepas que he visto a mi madre recoger vasos muchas veces. Ya sabes, mi padre tenía cierta afición a romperlos.

Y se va, sin más.
Me deja con las palabras en la punta de la lengua, con las ganas de decirle que lo siento por hacerle recordar y con el deseo de darle un abrazo.

¿Un abrazo? No, eso nunca. Borra eso de tu mente.

Tras varios segundos consigo reaccionar y salgo corriendo.
Salgo fuera y veo que el coche sigue ahí, lo que quiere decir que no ha podido ir muy lejos y podré alcanzarle.
Me recorro todos los alrededores y nada.

- ¿Y ahora a dónde voy? - pregunto en voz alta.

Comienzo a andar de camino a casa cuando veo una sombra a lo lejos.

- Es él, seguro. - susurro para mí mismo.

Está sentado debajo de un árbol, mirando a la nada.
Creo diferenciar que tiene un cigarro en la boca, como siempre. Parece ser que cuando algo le afecta, lo único que le calma es esa mierda.

Me acerco poco a poco, intentando no hacer ningún ruido para que no le de tiempo de salir corriendo.

- Danny.. - digo bajito.

Él no hace nada, se limita a fingir que no me ha escuchado.

- Solo quiero disculparme.

Sigue ignorándome, pero sé perfectamente que es consciente de mi presencia.

- Venga, échame cuenta.

Su mirada cambia el rumbo y se torna hacia mí.
Tiene los ojos vidriosos, podría adivinar que quiere o ha estado llorando.

- ¿Por qué te disculpas? - pregunta mirándome.

- Por hacerte recordar lo de tu padre, yo no quería.

Danny ríe indignado y comienzo a no entender nada.

- ¿Qué pasa? - le pregunto.

- Dougie, eres una nenaza que no tiene valor para nada. - contesta.

Me quedo asombrado, ¿a qué viene eso?
Me disculpo y me dice eso..definitivamente Danny es idiota.

- Te pasas las horas pidiendo perdón. Por lo que sea, aunque no hayas hecho nada lo pides. - dice ahora.

- ¿Y qué quieres que haga? - pregunto enfadado. - Joder, me he pasado horas buscándote para discuparme y me tratas así. Estoy harto, muy harto.

- ¿De qué? - dice intentando sonsacarme.

- De ti y de ser tu perrito. De levantarme cada mañana y saber que lo más interesante que tengo para hacer es recibir un insulto de tu parte, de pasar las horas tirado en esa estúpida casa, de dormir a tu lado, de estar encerrado. Harto de ti.

Respiro para coger un poco de aire y veo a Danny mirándome de forma indiferente.
Me reboto aún más al ver que no le importa nada de lo que diga y me voy andando rápido. Ahora mismo no sé dónde estoy y probablemente no sepa llegar, pero me da igual. Solo quiero alejarme de él y dejar de estar en este sitio. Quiero volver a casa, aunque nadie me eche de menos. Quiero volver ahora.

Voy sumido en mis pensamientos cuando noto cierto escozor en el brazo derecho.
Lo miro y veo una raja de tamaño considerable, me he cortado con una rama de un árbol.

- ¿En qué jodido sitio estoy? - digo casi gritando - ¿Desde cuándo los árboles cortan?

- Desde que yo nací. - contesta esa irritable voz a mi lado. - Anda, vamos a casa.

Dejo que comience a andar y le sigo sin mirarle.
Quiero que vea que no soy tan débil como piensa, que sé ignorarle y que estoy realmente enfadado con él.
No tardamos más de cinco minutos en llegar, Danny se va directo al cuarto de baño y yo me siento en una silla, la herida me duele bastante.
Me miro el brazó y tiene una pinta bastante horrible. Siento punzadas, y como siga mirándola voy a desmayarme.

- Trae. - dice Danny saliendo del baño y agarrándome el brazo.

- Suéltame.

- ¿Estás enfadado? - pregunta.

Yo asiento y él niega con la cabeza sin soltarme.

- He dicho que me sueltes.

- ¿Te has visto el brazo? Tengo que curarte gilipollas. - responde rechistando.

Le dejo hacer y saca un trozo de algodón de un pequeño botiquín. Seguidamente, coge el alcohol y lo echa en el algodón.

- No vale quejarse. A la primera queja, dejo de curarte. ¿Está claro?

- Sí, pero no seas bruto. - le respondo.

Danny comienza a curarme, y aunque quiero quejarme decido no decir nada.
La verdad es que está siendo delicado conmigo, y se lo agradecería si no estuviera enfadado con él.

- Listo. - dice apartando el algodón y soplando en mi herida.

- Gracias. - respondo seco.

- Para que veas que no puedes vivir sin mí, rubito.

Sonríe y se va a la cocina, supongo que a hacer la cena.
Yo me quedo pensando, como siempre. Esas últimas palabras se me han grabado: "no puedes vivir sin mí".

¿Y si es cierto? Me estoy empezando a aferrar mucho a él..demasiado.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Capítulo trece.

Aquí está el capítulo 13, y ya mismo me alcanzáis T_T
Pero bueh, está el puente para escribir exageradamente e_e
¡A leer!

Llevamos media hora tirados en el césped.
Hace un rato que terminamos la canción y Danny sugirió que nos tumbáramos un poco las estrellas para relajarnos.
La verdad es que tenía razón, tener las estrellas encima de nuestras cabezas relaja, es bonito. Me siento como si no hubiera nada más en el mundo; solo Danny, las estrellas y yo.

- He escogido una buena noche, el cielo está lleno de estrellas. - me dice.

- Sí..es bastante bonito. - le contesto.

- Bueno, digamos que mola.

- Mucho. - digo emocionado.

- Eh, no te vayas a flipar. Te he traído aquí para agradecerte lo del otro día..pero nada más. - contesta serio.

Yo me quedo en silencio, no quiero decir nada. En realidad ahora mismo no necesito palabras, me basta con estar así, sin malos rollos.

- ¡Eh, mira! - grita señalando al cielo - ¡Una estrella fugaz!

- ¿Y? - pregunto.

- ¡Pide un deseo enano!

Me quedo quieto varios segundos y cuando veo la estrella lo suficientemente "cerca", pienso mi deseo. Diría que me cuesta pedirlo, pero mi cabeza está muy segura de lo que quiere.

- ¿Qué has pedido? - pregunta Danny.

- ¿Y tú? - le replico.

- No me contestes con otra pregunta. Responde. - ordena.

- No te lo voy a decir, si se dice no se cumple. ¿No lo sabes?

- Bah..si tú lo dices. - responde rechistando - Aunque sé lo que has pedido.

Danny se incorpora y se queda sentado mirándome fijamente.

¿Enserio sabe mi deseo?

- ¿Qué miras? - le pregunto cerrando los ojos.

- Tu cara, es graciosa. - dice riendo.

- Gracias. Me lo has dicho más de una vez..

- Ya, pero nunca me cansaré de hacerlo. - dice rodando los ojos - Bueno eso, ¿me dices tu deseo?

- Que no pesado. ¿No dices que lo sabes? Pues ya está.

No sé si se da cuenta, pero empieza a molestarme.
Me da mucho coraje cuando no quiero decir algo y no paran de incitarme para que lo diga. Espero que sepa que no va a conseguir nada.

- Has pedido irte a tu casa, ¿verdad? - pregunta mirando al lago.

Mi cara expresa una gran mueca y veo que saca un paquete de tabaco del bolsillo. Coge un cigarro, lo enciende y comienza a fumar mirando a la misma dirección.

Ya está fumando..qué asco.

- ¿Hola? ¿Me respondes o qué? - pregunta todavía sin mirarme.

- Eh.. - dudo - no fumes Danny, es malo.

Se gira y se queda mirándome bastante incrédulo.

- ¿Enserio? Dougie por favor, no me vaciles. ¿Has pedido eso o no? - pregunta enfadado.

- No.

- Ya lo sabía, era ob..¿qué? - dice sorprendido.

Bajo la cabeza y siento cómo mis mejillas comienzan a coger color.

- ¿No quieres irte? - pregunta mirándome.

- Sí. Bueno no. No sé. - respondo dudoso.

- No me pongas nervioso, osito de gominola. ¿Sí o no?

Me vuelvo a quedar en silencio.

¿Osito de gominola? ¿Qué tipo de insulto o nombre es ese? Será idiota.

- No me llames así. - digo serio.

- Es que ya me he cansado de llamarte enano - confiesa - Osito de gominola es mucho más divertido.

Danny se ríe y yo niego varias veces con la cabeza. Odio que me ponga motes, y más cuando los motes son así de..femeninos.

- ¿Te quieres ir o no? - vuelve a preguntar.

- Que no Danny, que no.

- ¿Por qué?

- Porque no. Déjame ya. - digo dándole la espalda.

Escucho a Danny reír y siento cómo se acerca.
Pone una mano en mi hombro y cuando voy a apartarla, me gira.

- No te enfades, no te pega nada ser un gruñón. - dice sonriéndome.

- ¿Y qué me pega? - pregunto, temiendo la respuesta.

- Creo que cuando te enfadas escupes purpurina.

Le dedico una enorme cara de asco y empieza a reír escandalosamente.

Jodida risa, parece un payaso.

- Eres un idiota, enserio. - digo seriamente.

- Ya, pero tú no te quieres ir..así que no seré tan idiota.

Me quedo sin respuesta, está claro que tiene razón.
Ahora mismo Danny es lo más parecido que tengo a un amigo. Es más, ahora mismo es lo único que tengo.
Mi madre no me ha llamado ni una vez, ni si quiera para preguntar si estoy bien. Y Tom..a él le fallé y decidió olvidar que existo. Es lógico.

- Te callas porque tengo razón. - afirma.

- Tsssé, que me dejes ya.

Él vuelve a reír y yo me tiro en el césped a mirar las estrellas de nuevo.
Me quedo pensando, y sí, mi deseo es bastante penoso. Es irreal, sin sentido e incluso patético. Es uno de esos deseos que nunca se pueden cumplir, nunca.

Porque pedir estar así para siempre, es algo que no puede llegar a ser verdad.

martes, 22 de febrero de 2011

Capítulo doce.

Chop chop! He vuelto.
Aquí os dejo el capítulo doce. Como siempre, gracias y todo eso e_e'
¡Ya queda poco para vomitar arco iris! 
(Ah, ahora pondré el número de los capítulos para que no os liéis xD)



Llevo horas apoyado en el coche de Danny y comienzo a tener frío.
Hoy me ha despertado a las ocho y me ha dicho que tenía un plan bastante divertido. Nos hemos montado en su coche camino a un pueblecillo apartado y hace bastante tiempo que Danny se fue a comprar "algo especial".
Tengo miedo de que se haya burlado de mí y ahora mismo esté por ahí riéndose con Harry. Ahora mismo pienso que tiene razón y que soy gilipollas.

- Será estúpido..me ha dejado tirado y se empieza a hacer de noche.. - susurro.

Levanto mi mirada del suelo y mi sonrisa aparece de forma automática.
Danny está ahí, no me ha dejado tirado.

- ¡Doug! Lo siento por tardar es que..me ha costado conseguir lo que quería. - dice respirando entrecortadamente.

- No pasa nada. - digo asintiendo.

En realidad me habría encantado decirle que es un gilipollas, que me ha dejado ahí apoyado muerto de frío y que quiero irme a casa. Pero no, no puedo después de que me haya llamado Doug.
Desde que me contó lo de su padre se porta como un amigo, como una buena persona. Y también, desde entonces, dice que le gusta llamarme Doug porque pega más con mi cuerpo.

- Enano - dice poniéndose delante mía - ¿Vienes o qué?

Vuelvo a la vida y veo cómo Danny está totalmente preparado dentro del coche. Me monto a su lado y cierro la puerta, echaba de menos ese calor.

- ¿Qué has comprado? - le pregunto.

- Pues..cosas para hoy.

- ¿Qué cosas? ¿A dónde vamos? Danny, es de noche.

- Bravo, un gran aplauso para tu diminuta persona. - dice riendo - Ya sé que es de noche, vamos a un sitio y..cosas Dougie, deja de preguntar.

Resoplo y decido quedarme callado todo el trayecto. No tengo ganas de escuchar a Danny replicar ni de ponerle nervioso, no me conviene hacer eso.
Pasa más de media hora y veo que Danny empieza a buscar aparcamiento. Al parecer hemos llegado al sitio secreto.

- Ya estamos. - dice amablemente.

Nos bajamos del coche y no veo nada.
Todo está oscuro y mi querida miopía no ayuda a diferenciar alguna que otra figura.

- Danny, ¿dónde estamos? - pregunto asustado.

- En un lugar especial. - dice sin rebelar nada.

- Danny, enserio, dímelo. No veo nada. - suplico.

- Enano deja de preguntar y de decir mi nombre, me lo vas a gastar.

Vuelvo a resoplar y comienzo a ver un poco mejor.
Puedo diferenciar árboles, muchísimos árboles.

- ¿Me has sacado del campo para traerme al campo? - pregunto confundido.

- No. Te he sacado del campo para traerte al campo con hoguera y lago.

Sonrío y pienso en toda la situación.
La última vez que vine a un lago fue cuando Harry me besó, cuando me enteré de que todo había sido una broma, de que todo estaba planeado.
Empiezo a sentirme mal, recordar esas cosas no me hace ningún bien.

- Danny..

- ¡El nombre, lo gastas! - repite cortándome.

- Perdón perdón. Me quiero ir. - digo rápido.

Espero una respuesta y no recibo nada más que silencio.
De pronto siento la respiración de Danny más cerca y su brazo roza con el mío.

Jodidos escalofríos..

- Ni de coña rubio, me ha costado mucho crear esta mierda. No me jodas ahora.

Asiento sin saber si me está viendo, aunque supongo que sí cuando noto que se vuelve a ir hacia el coche.

- Toma, coge ésto. - dice tendiéndome algo.

- ¿Qué vamos a hacer? - pregunto.

- En primer lugar, te vas a callar un rato. Después haré fuego y conseguirás ver un poco, cegato. Y luego..luego sorpresa.

Otro escalofrío recorre mi espalda al escucharlo: sorpresa.
¿Qué tipo de sorpresa se puede esperar de alguien como él? Teniendo en cuenta que me encuentro bastante lejos de mi casa porque él me ha secuestrado, no creo que se pueda esperar nada bueno.

- Voy a hacer el fuego, quédate aquí. No te muevas. - me ordena.

Yo le hago caso y me apoyo en el coche como había estado horas antes.
No muy lejos puedo diferenciar la silueta de Danny. Está sentado en el césped, frotando dos palos de madera. Si piensa que lo va a conseguir así, lo lleva crudo.

- ¡Hecho! - grita mientras una llama le alumbra la cara.

Muy bien Dougie, tus predicciones se cumplen, como siempre.

Me acerco a donde está y me siento a su lado.
Ha puesto mantas en el césped para que no estemos tan fríos, y hay varias cervezas al lado de la hoguera.

- Ya podrías haber traído algo que yo beba. - le digo.

- He traído cerveza. - me contesta.

- Ya lo sé, por eso te lo digo.

- Toma, bebe. Si en realidad te gusta..

- No gracias. Hay un lago al lado, me tiro y bebo de ahí si hace falta. - digo serio.

Danny rechista mientras niega con la cabeza. Sé que la mayoría de las veces que habla conmigo piensa que soy demasiado infantil, pero me da igual.

- Bueno y..¿la sorpresa? - pregunto.

- ¡Ah sí! - se gira y coge algo grande - Aquí está.

- ¿U-u-una guitarra? - pregunto sorprendido.

- Exacto, vamos a cantar. - dice - Bueno, en realidad te voy a enseñar un trocito de canción que escribí gracias a ti.

Me quedo en silencio varios segundos mientras asimilo lo que ha dicho.

- ¿Gracias a mí? - digo más sorprendido si cabe.

- Sí..ya sabes, ese día que me ayudaste con el jueguecito ese. - contesta él.

- Ah sí.. - digo buscando las palabras adecuadas - Pues canta.

Danny se aclara la voz y afina un poco la guitarra. La visión que tengo ahora mismo de él es perfectamente perfecta. Adorable, increíble, preciosa.

¡Dougie! Contrólate tío, pareces tonto.

- Ahí va.

Asiento y Danny comienza a cantar.
Tiene una voz bastante bonita, ronca y poco afinada. Es como la perfección llena de cosas imperfectas. Es bastante impresionante tenerlo así ahora mismo, cantando gracias y para mí.

- Y ya está, no tengo nada más. Había pensado que podíamos terminarla hoy juntos..¿quieres? - pregunta inseguro.

- Eh..sí, claro. ¿Le has puesto nombre? - pregunto animado.

- Not alone.

Ambos sonreímos y uno de mis famosos escalofríos me recorre el cuerpo.
Un bonito nombre para una bonita canción que significará bastante en mi vida. Lo sé, estoy seguro de ello.

A lo mejor soy yo el que tiene que darle las gracias a él.

domingo, 20 de febrero de 2011

Capítulo once.

Aquí estoy de nuevo, y vuelvo a daros las gracias.
Me alegro muchísimo porque es mi primer fic Pones y..bueno, ya sabéis todas o casi todas mi obsesión con el Pones xD e_e'
Ya queda menos para las cosas bonitas y la complicidad, pero tenéis que esperar porque llevo quince capítulos escritos y éste es el once. Subo muy rápido y me vais a pillar, cosa que no quiero xD
¡Abrazos de gominola!


Abro los ojos, creo que llevo varios minutos desmayado.
Me desmayo cuando me pongo nervioso, cuando algo va más raro de lo normal o cuando estoy enfermo. Supongo que esta vez ha sido por la segunda opción. Cuando Danny se ha preocupado por mí he sentido que algo raro estaba pasando.

Miro a la derecha y puedo ver a Danny, está con las manos entrelazadas mirando al suelo. Tiene la mirada fija en una loseta, como si ésta le contara historias interesantes.

- Danny.. - susurro bajito.

Él se levanta rápidamente de su asiento y viene hasta a mí.
Me observa casi con miedo y me pregunta.

- ¿Estás bien?

- Sí, me pasa a menudo. - digo dejando ver una sonrisa.

Danny niega con la cabeza divertido y me deja ver su gran dentadura.
Las pocas veces que me sonríe sinceramente, me fijo en sus dientes. Son grandes, blancos y un poco extraños. Tiene una sonrisa jodidamente bonita, me gusta su sonrisa, mucho.

Querido Dougie, vuelve a la vida.

- Eres muy raro enano. - me dice despeinándome.

- Ya, pero es lo que hay. - digo encogiendo los hombros.

- ¿Quieres un vaso de agua? Sigues pálido. - dice aun preocupado.

Yo asiento y Danny va a por mi bebida.
La verdad es que en estos momentos se está portando bastante bien conmigo. Si fuera tan malo como parece, me habría dejado ahí tirado como si no fuera nada, pero no lo ha hecho.

En realidad es una persona adorable pero..está escondida.

- Toma. - dice tendiéndome el vaso.

- Gracias. - bebo un poco y continuo - Tenemos una conversación pendiente..

Danny empalidece y yo me apresuro a hablar antes de que diga nada.

- Eh..no importa, enserio. Yo te he contado lo de mi padre porque he querido, no hace falta que me digas nada.

Le sonrío y Danny me devuelve la sonrisa. Puedo confirmar que es la primera vez que veo algo de química entre nosotros.

- Quiero contártelo. - dice seguro.

- Pues..adelante, escupe. - digo sonriendo.

- Yo tampoco tengo padre, nos abandonó cuando éramos unos mocos. Es muy típico pero..ya sabes, se fue a comprar el pan - dice haciendo comillas con sus manos - y no volvió. Nos dejó a mí, a mi hermana y a mi madre solos.

No sé qué decir, estoy paralizado.
Yo he pasado por lo mismo y sé perfectamente que es una de las peores cosas que te puede pasar. Aunque el caso de Danny es peor, a él le dejó de pequeño, él no pudo disfrutar de una infancia junto a su padre.

- La verdad, no sé qué decirte.. - le digo.

- Bah, tú sabes cómo me siento, te sientes igual. - dice sin mirarme.

- No. Tú lo perdiste cuando eras pequeño, eso es peor. - replico.

- O no. Tú lo has perdido en medio de la adolescencia, posiblemente por eso eres tan asquerosamente cursi.

Ya estaba tardando en soltar una bordería..asco de pecoso.

Le lanzo una mirada en un intento de intimidarle, pero no funciona.
Danny empieza a reírse como si se le fuera la vida en ello, aunque sé que es una risa falsa, de esas que fingimos cuando no estamos bien.

- Ah, entonces por eso tú eres así de idiota, ¿no? - le pregunto.

- Me gusta, estás aprendiendo de mí. - dice orgulloso.

- No te equivoques, y no me cambies de tema.

- ¿Qué más quieres que te diga? ¡Demasiado te he contado! - dice molesto.

Pienso varios segundos y se me enciende la bombilla, tengo una gran idea.

- ¿Te gusta jugar? - le pregunto amable.

Él levanta las manos y se aparta hacia atrás.

- Eh eh, a mí nada de mariconadas. Juega con un cojín, no conmigo.

Resoplo ante la estupidez que acaba de decir y continuo.

- Danny, me refería a jugar en otro sentido. - digo.

- Ah pues..¿cuál es el juego? - pregunta interesado.

- El último psicólogo al que fui me hacía jugar diariamente.

- ¿QUÉ? Paso de jugar a juegos de locos. - dice interrumpiéndome.

Rechisto varias veces y decido tranquilizarme, no me voy a alterar.

- A ver, escúchame. Es simplemente para desahogarte, nada más. - le digo.

- Y..¿qué hay que hacer? - pregunta algo más convencido.

- Necesitamos papel y lápiz. El juego consiste en escribir lo que te gustaba y lo que odiabas hacer con tu padre. ¿Qué te parece?

Danny me mira extrañado, creo que la idea no le ha gustado demasiado.
Veo cómo se lo piensa unos minutos y termina levantándose. Confirmado: no le ha gustado mi idea.

- Qué tío más tonto.. - rechisto.

Al poco tiempo lo veo venir con folios y un par de lápices. Al parecer no es tan tonto como yo pienso.

- Bueno qué, ¿empezamos o me vas a mirar todo el rato? - pregunta.

Asiento sonrojado y cogemos cada uno un folio.
Lo dividimos en dos, una parte para las cosas que nos gustaban y otra para las que no.

- ¿Puedo poner todo lo que quiera? - pregunta Danny.

- Sí, es tu juego. - le contesto.

- Ah, entonces esta parte no la voy a utilizar. - dice.

Aparta la mitad del folio y lo cojo. No va a utilizar la parte de las cosas que le gustaban, probablemente no le dio tiempo a que le gustara hacer nada con su padre.

Ahora mismo me entran ganas de acercarme y darle un abrazo. Me encantaría que supiera que no está solo, que me tiene a mí aunque no quiera.
En vez de eso, cojo la parte del folio que ha rechazado y la rompo. Si Danny no quiere poner nada, no le voy a obligar.

A pesar de todo, quiero ser su amigo..

sábado, 19 de febrero de 2011

Capítulo diez.

Whop whop!
Antes de poner el cap, os agradezco mucho a todas las que leeis y comentáis, ya sea por aquí, por twitter o por señales de humo. Me gusta saber lo que opináis para mejorar y todo eso :3
Sé que por ahora no es muy Pones porque no se llevan bien pero..tranquilas, ya llegará el mundo de unicornios rosas.



Dicen que cuando eres pequeño todo es bonito.
Que la vida te parece estar llena de globos de colores, unicornios rosas y florecitas amarillas. Que tus padres te quieren, te cuidan, están ahí para todo. E incluso que tienes amigos para dar y regalar. Yo no pienso eso, yo llevo desde pequeño así. Solo, solo como estoy ahora.
Igual que Danny se burla ahora de mí, cuando estaba en el colegio se burlaban los niños de mi clase. Y todos daban el mismo motivo: "eso te pasa por ser así".

- ¿En qué piensas? - dice Danny sacándome de mis pensamientos.

- En..¿a ti qué te importa? Ni que de verdad quisieras saberlo.

Cuando hablo con él intento ser lo más borde posible. No suelo conseguirlo, pero por lo menos lo intento. No quiero que sienta que es más fuerte que yo, aunque la verdad es que ya lo siente.

- Si te pregunto será por algo. - dice.

- Porque estás aburrido.

- Principalmente - ríe - Venga enano, cuéntame tu mierdosa vida.

Odio que me llame enano. Odio que me recuerde diariamente la mierda de vida que tengo. Odio que sus pecas sean tan terriblemente atractivas. Odio a Danny.

- Cuéntame tú la tuya. - digo sin mirarle.

- Mi vida ya la sabes, la sabe todo el mundo. - dice encogiendo los hombros.

Supongo que con eso se refiere a lo que se ve por fuera: un adolescente típico de nuestra época.
Un chico guapo, ligón, nunca llora, se ríe de los demás, bebe, fuma. El adolescente que todos envidian. Todos menos yo.

- Yo creo que no. Pienso que ocultas muchas cosas. - le digo.

- ¿Yo? ¿Ocultar cosas? - pregunta abriendo los ojos - ¿Como cuáles?

- Como que tienes miedo de ser tú.

Danny expresa una mueca extraña y yo le sonrío.
No es una sonrisa de las que dan seguridad, es una sonrisa que él mismo me deja ver cada día. Sonrisa de superioridad.
Sé que Danny esconde algo más allá de esa faceta de tipo duro, y yo voy a descubrirla.

- Yo no tengo miedo. - dice - Ser yo es increíble.

- Ya, claro. ¿Lo comprobamos? - le pregunto.

- Si te apetece.

Se pone serio y nos sentamos en el suelo a petición mía. A veces me gusta sentarme en en suelo, es algo raro, pero mola.

- ¿Me hablas de tu familia? - le pregunto.

- No quiero.

- Cobarde. ¿Ves como tienes miedo? - le digo incitándole.

Danny se retuerce y resopla dos o tres veces.

- Tengo una hermana que se llama Vicky. Bueno, la debes conocer..

- Sí, es bastante guapa. - le digo.

- A mi hermana ni una mirada - dice amenazante - Ella..es bastante importante para mí.

- ¿Os lleváis bien? - pregunto.

Danny me mira expresando incredulidad.

- ¿Qué? - le digo.

- Te he dicho que es muy importante para mí, ¿cómo no nos vamos a llevar bien? - contesta rechistando.

- Yo qué sé, no soy tan listo como tú.

La verdad es que tiene razón, mi pregunta ha sido bastante estúpida.

- Bueno, sigue.

- Pues..eso. Mi hermana es como yo, pero más alegre aun. - dice sonriendo.

- Guay.

- También está mi madre, Kathy. Ella es increíble.

Se le pinta una enorme sonrisa en la cara y sonrío al verla.
La faceta cariñosa de Danny me gusta, me gusta mucho. Parece como un niño pequeño, uno de esos que son felices.

- ¿Por qué lo es? - pregunto.

- Porque siempre me ha cuidado. A mí y a Vicky, siempre nos ha apoyado..no sé, es una gran madre. - dice volviendo a sonreír.

- ¿Y tu padre?

La cara de Danny se vuelve pálida en menos de cinco segundos, creo que la he cagado.

- Nada.

- ¿Cómo que nada? - digo sin entender.

- No quiero hablar de él. - dice cruzándose de brazos.

Por lo visto he encontrado éso a lo que tanto teme. Se hace el fuerte, no habla de sus problemas, pero estoy seguro de que lo pasa mal.

- Vuelves a ser cobarde.

- Vale. - contesta.

Pienso qué decirle para que me cuente lo que pasa con su padre, y tras varios minutos, encuentro la respuesta.

- Si quieres te cuento lo que pasó con el mío. - comienzo - Pero a cambio me cuentas lo del tuyo.

Me mira con duda y al final asiente.
No sé si he hecho bien, porque a lo mejor después no me cuenta nada pero..habrá que darle una oportunidad.

- Nunca le he contado ésto a nadie.. - digo avergonzado.

- ¿Te doy un pin por ello? - pregunta inexpresivo.

- Déjalo estúpido.

Me intento levantar del suelo pero me sujeta del brazo.

- Cuéntamelo, venga. - dice casi a modo de orden.

Suspiro y pienso varias veces.
Probablemente sea un error contarle lo de mi padre a una persona que me odia, que me tiene asco, a una persona a la que no le encuentro nada bueno. Y lo más importante: a una persona que me tiene secuestrado.

- Pues verás.. - digo bajito - el resumen es que no tengo padre.

- ¿Y eso? - pregunta con curiosidad.

- Nos abandonó hace poco más de un año.

Siento un nudo enorme en mi garganta y me entran ganas de llorar, pero no lo hago. No pienso dejar que Danny se ría un poco más de mí, ni en broma.

- ¿Por..por qué? - dice asustado.

- No sé, dijo que estaba cansado. Ya sabes, supongo que no es divertido tener un hijo como yo.

Cierro los ojos y sin querer se me escapa más de una lágrima.
Me siento estúpido e incluso avergonzado. Siento cómo mi corazón se hace un puño y la respiración empieza a faltarme. Me pasa siempre que lloro, me irrito demasiado.
En mitad de mi llanto escucho un susurro. Es casi inaudible, así que por un momento pienso que ha sido producto de mi imaginación. Pero no, vuelvo a escucharlo, Danny ha vuelto a hablar.

¿Enserio me está preguntando cómo me siento? Cada día me sorprende más.

jueves, 17 de febrero de 2011

Capítulo nueve.

Llevo más de cuatro días aquí, y juro que no puedo más.
Me paso las horas muertas encerrado en la habitación en la que duermo, mirando al techo y buscando alguna solución. Desde luego estar secuestrado no es algo que me guste, y menos cuando el secuestrador es Danny.

Harry se fue hace dos días, dijo que su madre no paraba de llamarle y que no quería preocuparla más.
Le envidio. A él su madre le llama, le quiere, le echa de menos. Yo lo máximo que he recibido en estos días han sido las burlas de Danny. No ha parado de recordarme en ningún momento lo solo que estoy.

- ¿Quieres comer algo? - me pregunta amable.

- No, gracias.

- Te vas a quedar hecho un palo. - dice.

- ¿Y a ti qué te importa? Total, si no tengo a nadie para qué quiero estar bien. - contesto bastante serio.

Danny agacha la cabeza y me mira apenado. A veces pienso que tiene corazón y que a pesar de todo le doy pena, pero siempre termino viendo que no, que es una persona despreciable.

- Pues entonces vamos a ver una película o algo, me aburro. - dice ahora serio.

- No quiero. Vete a ver películas tú solo o con toda tu gente. - digo borde.

- A ver, rubio de las narices. Estoy en una casa de campo bastante alejada de la ciudad, ¿con qué gente me voy? Solo estás tú.

- No estamos aquí porque yo quiera. Eres tú el que me ha secuestrado. - digo mirándole.

- Secuestrar suena muy feo. Simplemente te he cogido prestado. - dice riendo.

- No soy un juguete.

Aunque ahora mismo me siento como si lo fuera..

Veo como Danny sale de la habitación y le escucho poner la tele. Probablemente vaya a ver una película solo, pero me da igual. No quiero ver una película, y menos con él.

- ¡Dougie! - me llama gritando. - ¡Ven, corre!

Salgo de la habitación y voy hasta su posición.
Está tirado en el sofá con una cerveza en la mano y me mira vacilante.

- ¿Qué quieres? - pregunto.

- Nada, pero ya que estás aquí, veamos la peli juntos.

Rechisto y me siento a su lado.
Es horrible, pero siempre consigue todo lo que quiere, sea lo que sea. Si Danny lo desea, Danny lo tiene para él. Es un asco.
La película es la mayor mierda que he visto nunca, va de zombies, sangre y tías buenas. Típica película que solo ven las personas con mal gusto.
Tras dos horas de muermazo, termina y hago el intento de salir del salón, pero no funciona.

- ¿Dónde vas? - pregunta agarrándome el brazo.

- Al cuarto. Estar contigo me provoca náuseas.

- Tío, eres un borde.

- Gracias, pero prefiero ser borde a ser un cabrón como tú. - le digo soltándome de su agarre.

- Puf, me pintas como el malo. - dice cogiéndome de nuevo.

Me entran ganas de escupirle en un ojo, pero sé que como lo haga me llevaré una gran hostia.
Decido echarle una mirada de las que matan y espero a que hable. No lo hace.

- ¿Acaso no lo eres? - pregunto rompiendo el silencio.

- Pues no, la verdad es que no. - contesta bastante seguro.

- Me has encerrado aquí sin ningún motivo.

- ¿Sabes? Todo tiene un motivo. - dice mirándome.

- ¿Y qué motivo hay para toda esta mierda? - pregunto casi enfadado.

Se queda callado sin apartarme la mirada.
No sé si me lo va a contar, ni si quiera sé si es cierto eso de que hay un motivo..pero yo espero a que hable.

- Puede que algún día te lo cuente.

Resoplo y Danny ríe. Nunca me cuenta las cosas, siempre me deja con la intriga.

- ¿Cuánto tiempo me vas a tener aquí?

- Hasta que alguien te reclame. - contesta aun riendo.

Puf..entonces..chungo.

Noto como mis ojos se ponen acuosos, está claro que si hay que esperar a que alguien llame, podemos esperar sentados.
Nadie se ha percatado de mi ausencia todavía, ¿por qué iban a hacerlo ahora? Es estúpido.

- ¿Cómo se siente? - pregunta de repente.

- ¿Eh? ¿Cómo se siente el qué?

- Eso de estar solo, eso de que nadie se preocupe por ti. Ya sabes, lo tuyo. - dice ahora serio.

Le echo otra mirada asesina en un intento de que vea lo mucho que me está jodiendo.

- ¿Tú qué crees? - le pregunto.

- No sé, por eso quiero saberlo. - dice.

- Pues se siente como una patada en el culo. Te preguntas todo el rato qué cojones has hecho para que la gente te odie. Nunca encuentras la respuesta, y te terminas cogiendo asco a ti mismo. ¿Algo más? - digo con un tono vacilante.

Danny niega con la cabeza y se levanta a por otra cerveza.
Estos son los momentos en los que me parece una persona con corazón, que se preocupa. Parece comprenderme e incluso importarle..pero estoy seguro de que solo son momentos de bipolaridad.
Danny en realidad es un asco, yo lo sé.

- ¿Quieres una? - me pregunta tendiéndome una lata.

- No bebo, gracias.

- Ah, es verdad. No me acordaba de tu edad.

Chasqueo la lengua y le miro con cara de incredulidad.

- Te recuerdo que solo nos llevamos un año, pecoso. - digo mirándole.

- No me llames pecoso. Y toma, bebe.

Me coge la mano y me pone la cerveza en ella.
Los bellos se me ponen de punta. El contacto de su piel con la mía hace que un escalofrío me recorra el cuerpo de arriba a abajo.

¿Qué te pasa Dougie? Pfffff.

- ¡Que no quiero! - replico.

- Pero yo sí. No puedes ser un enano santo toda la vida. - dice bebiendo de la suya - Vamos, te espero.

Me siento obligado y no tengo más remedio que dar un trago.
Está asquerosa, terriblemente asquerosa. Expreso mi desagrado con una mueca que parece hacerle bastante gracia a Danny, ya que empieza a reírse con su famosa risa.

- Te tengo que enseñar muchas cosas.. - dice mirando mi mueca.

- ¿Cosas como cuáles? - le pregunto.

- Como beber, fumar..ya sabes, como vivir la vida.

- Ah, te refieres a destrozarme la vida..¿no? Si tú te la destrozas me alegro, pero no quiero lo mismo.

Danny vuelve a cambiar su cara y se pone bastante serio.
Parece que le molesta todo lo que digo relacionado con su vida, y eso que no suelo decir mucho.

- Yo por lo menos tengo amigos. - dice contraatacando.

- Tom es mi amigo aunque ahora esté enfadado. Y tú no sé qué amigos tienes. - le respondo.

- Harry principalmente. Después está Alex, Samantha, Kate, Dylan, Ant..¿sigo?

- Puedes decirme nombres de miles de chupaculos, pero no creo que ninguno de ellos sea amigo tuyo. En todo caso Harry, pero tampoco lo sé.

- Tú no sabes nada, así que cállate.

Se levanta enfadado y se va al baño, creo que va a llorar.
Por un instante me parece imposible que vaya a hacer eso, los chicos como él no lloran. Después pienso un poco más, ¿por qué no? En realidad él está igual o más solo que yo, tiene bastantes motivos para encerrarse en un baño y echarse a llorar.
No es raro si lo hace, probablemente eso sea lo más normal que haya hecho Danny en todo este tiempo.

Y pensar que se cree fuerte siendo igual que yo.. 

domingo, 6 de febrero de 2011

Capítulo ocho.

Ya he pasado mi primera noche aquí, en la supuesta casa de ensueño.
Ayer me quedé dormido esperando a Harry y a Danny, pero no tengo ni idea de a qué hora volvieron ni si están ahora mismo en la casa. Me gustaría saberlo, pero tengo miedo de salir. Me da miedo salir y volver a sentir lo mismo de ayer, que desde luego no fue nada agradable.
He intentado convencerme de que todo esto está siendo una pesadilla, que tengo que despertar pronto o acabaré tirándome por cualquier barranco. Pero por desgracia, estoy despierto.

Escucho pasos cercanos y me tapo la cabeza con una pequeña manta que pude encontrar anoche.

- ¡Dougie, levanta! - dice una voz conocida. - ¡Vamos! Es la hora y no creo que quieras que venga Danny a levantarte..

Nada más escuchar esas últimas palabras me pongo en pie.
No quiero ver a Danny, ni escucharlo. Ni si quiera quiero escuchar su nombre. No quiero saber nada de él, no quiero que exista.

- Toma - dice tendiéndome ropa - Póntela. Vamos a salir.

- ¿Qué? ¿A dónde? Quiero irme a casa. - digo sin mirarle.

- Dougie..no hagas ésto difícil, por favor.

- ¿Yo lo hago difícil? - rechisto.

- Yo..lo siento..

- Déjame. Eso fue lo mismo que dijiste la segunda vez que hablamos, y fíjate cómo estoy ahora. - le digo girándome y metiéndome en el baño.

Me miro al espejo, estoy hecho una mierda.
Tengo el pelo alborotado, los ojos rojos y una mirada llena de tristeza. Necesito salir de aquí, ver a Tom y decirle que lo siento. Pero no puedo, y eso es lo que peor me sienta.
Me visto rápidamente y salgo. En el sofá están Harry y Danny conversando animadamente. Cada vez siento más asco hacia ellos.

- Muy bien, vamos. - dice Danny tranquilo.

- ¿A dónde? - pregunto.

- No preguntes, vamos. Harry se quedará aquí mientras tú y yo damos una vuelta.

No tengo más remedio que asentir y seguirle. Después de las heridas que me hizo ayer, no quiero volver a casa lleno de golpes.

Bueno, todo eso contando con que vuelva a casa..

Nos montamos en el coche de Harry y Danny pone la radio.
Suena una canción de Springsteen y Danny comienza a cantarla. Al parecer, aunque sea un idiota, tiene buen gusto musical.

Tras dos canciones más, llegamos a un sitio que es solo campo, nada más. Verde, verde y más verde. Solo hierba, solo naturaleza. Todo silencio y tranquilidad. Estaría bastante bien si no fuera Danny el que me acompaña.
Salimos del coche y saca del maletero algo parecido a una cesta.

- Vamos a hacer un picnic. - dice sonriendo.

Yo no digo nada, no quiero hacerlo. ¿Hacer un picnic? ¿Qué tipo de broma es ésta? Sea la que sea, no me hace ninguna gracia.
Danny extiende la típica mantita de cuadros en el suelo y pone la comida encima. Se sienta felizmente y da palmaditas en el suelo como señal para que me siente a su lado.

- ¿A qué juegas? - le pregunto.

- ¿Qué? - pregunta con cara de idiota.

- Eso, que a qué juegas. No entiendo nada de lo que está pasando.

- Mira, para que lo entiendas. En un resumen..se podría decir que te he secuestrado.

Mi cara torna una mueca bastante desagradable.

- ¿Se-secuestrado? - pregunto tragando saliva.

- Sí Dougie sí, secuestrado. Pero tranquilo, no pediré dinero por ti, nadie notará tu ausencia.

Un escalofrío recorre mi espalda al escuchar eso.
Probablemente tenga razón y nadie se de cuenta de que no estoy.

- Tom sí. - digo serio.

- ¿Tom? ¿El friki? Bah..ahora tiene a su noviecita, no le haces falta para nada.

- Pero sigo siendo su amigo.

- ¿Estás seguro? - me pregunta.

- Sí, muy seguro. - digo sin mirarle.

- Yo no lo estaría tanto. ¿Acaso es justo seguir siendo amigo de alguien que te deja de lado por otra persona? Yo creo que no. - dice maliciosamente.

Por desgracia, sé que tiene razón.
Yo dejé de lado a Tom por alguien que ni si quiera conocía realmente..y ahora me encuentro "secuestrado" por ese alguien y su amigo. Soy una persona detestable.

- Bueno..pero..

- Pero nada. - dice interrumpiéndome - Eres un mal amigo, asúmelo.

- ¿Me has traído aquí para hundirme psicológicamente? Porque eso puedes hacerlo en la casa.

- No, te he traído aquí para conocerte un poco. Si tengo que vivir contigo, me conviene saber algo de ti. ¿No crees? - dice aun vacilante.

Me doy la vuelta dándole la espalda y miro al cielo. Está realmente azul, como le gusta a mi hermana, como le gusta a la hermana de Tom. En estos momentos, todo me recuerda a él. Me siento ridículo, pero sé que es la única persona que realmente valía la pena en mi vida.

- Venga di, ¿cuántos años tienes? ¿Trece? - pregunta muy seguro.

- ¿Tre-trece? ¿Estás de coña? - pregunto extrañado.

- Bueno perdona, a lo mejor catorce..¿no?

- Eres gilipollas. Tengo dieciseis, listo. - digo aun sin girarme.

- ¡Sí hombre! ¿Un año menos que yo? - dice riéndose.

Se pone delante de mí y me inspecciona minuciosamente. No sé si busca arrugas o qué cosa, pero me empieza a poner nervioso. No me gusta que la gente me mire, y menos tan de cerca.

- ¡Venga, es imposible! ¡Tienes la cara suavita! - dice acariciándome.

- No me toques. - digo apartando su mano.

- Tranquilo eh. Pero es que..¡no puede ser!

Me toca de nuevo y comienza a reírse de forma escandalosa. Se tira al suelo y puedo confirmar que pronto empezará a llorar de risa.

- No entiendo qué tiene tanta gracia. ¿Acaso todos tenemos que tener la cara llena de granos o pecas como tú? - digo seco.

- No - dice poniéndose serio - pero tampoco es normal tenerla como tú.

- ¿Tan raro es tener la piel suave? - le pregunto mirando sus ojos.

- Sí.

Profundizo un poco más en sus ojos y puedo ver tristeza. Es raro, pero desde el momento en el que le he dicho lo de las pecas su rostro ha cambiado.

Si le ha molestado, que se joda.

- Pues vale. -le digo - Yo soy feliz con mi cara suave.

- ¿De verdad? - me pregunta - ¿Eres feliz? No lo pareces.

- Ahora contigo al lado desde luego que no.

- Ah, claro. Eras más feliz cuando Harry te besaba..¿no? - dice riendo de nuevo.

Me giro y le vuelvo a dar la espalda.
Por lo visto Harry se lo ha contado, o a lo mejor incluso lo tenían planeado entre los dos. Qué bien, qué pedazo de personas.

- Eh, que conste que no tengo nada en contra de los maricones.

- Me alegro. - digo bastante bajito.

- Aunque pobre Harry, eso sí.. - dice él.

- ¿Pobre? ¿Por qué? - pregunto buscando su mirada.

- Por tener que besar a alguien como tú. - dice con tono de obviedad.

Perfecto Dougie, te buscas las cosas tú solo. ¿Para qué preguntas?

Esa pregunta pasa ahora mismo por mi cabeza. ¿Para qué habré preguntado? Sabía perfectamente que recibiría esa respuesta, y sabiendo lo que duele, he preguntado.

Por lo que veo Harry sintió algo totalmente distinto a lo que sentí yo..

sábado, 5 de febrero de 2011

Capítulo siete.

No me lo puedo creer, es imposible. Lo que acaba de pasar no puede ser cierto.
Harry me ha besado y se ha quedado tan tranquilo. Es más, ahora vamos de vuelta a la casa y Harry está relajado, me mira como si no hubiera pasado nada.

- ¿Estás bien? - me pregunta.

- Eh..sí, perfecto. - digo sonriendo.

Bien Dougie, acabas de parecer un idiota.

Harry sonríe y soy consciente de que parezco un adolescente enamorado.
El tiempo se pasa volando, y cuando me quiero dar cuenta estamos cenando mientras miramos la tele.
Harry parece bastante concentrado en lo que quiera que estén echando, mientras yo pienso en lo que ha pasado. Porque Harry me ha besado, y eso no se olvida fácilmente.

Puede parecer bastante estúpido e incluso patético, pero ha sido mi primer beso. Sí, tengo dieciseis años y mi primer beso ha sido con un tío que hace poco más de un mes me daba asco.
Puedo confirmar que lo que dice la gente es verdad, el primer beso es especial. Es como si miles de mariposas aletearan a la vez dentro de tu estómago. Como si el mundo se congelara y solo se escucharan los latidos del corazón. Como si no existiera nada más.

Estoy sumergido en mis pensamientos cuando un fuerte ruido me devuelve a la realidad. Miro a Harry.

- ¿Has oído eso? - le pregunto.

- ¿Eh? ¿El qué? Yo no he escuchado nada. - dice casi nervioso.

- Harry, ha sonado algo por ahí bastante fuerte. - digo asustado.

- Pues no sé..bah, no te comas la cabeza.

Decido hacerle caso y sigo metido en mis pensamientos. Eso dura poco tiempo, porque escucho otro ruido.

- No digas que ahora no lo has escuchado. - digo mirando a Harry.

Podría decir que su cara expresa una mezcla entre preocupación, miedo y nerviosismo. Me oculta algo, seguro.

- Harry.. - comienzo - ¿qué pasa?

- Bueno..es que.. - dice nervioso - hay..hay alguien.

Mis ojos se abren y mi boca sigue su ejemplo.

- ¿Al-alguien? ¿Quién? - le pregunto.

Se limita a mirar hacia atrás y hago lo mismo.
Maldita la hora en la que acepté venir a este sitio. Maldito el momento en el que me hice amigo de Harry. Maldito segundo en el que pensé que valía la pena ser su amigo.

No puede ser, no puede ser, no puede ser. 

- ¡Hola amigo! - dice riendo de oreja a oreja.

No digo nada, como diga algo mi voz será parecida a la de un duendecillo.

- Eh, ¿no piensas saludarme? - me pregunta aun sonriente.

Sigo en silencio y miro a Harry.
Tiene la cabeza agachada y su mirada no se aparta del suelo. Parece avergonzado.

- Haz, dile a la nena que me diga algo..encima de que viajo hasta aquí. - rechista él.

- Dougie - dice Harry mirándome - creo que deberías saludar a Danny.

Y ahora sí que no me lo puedo creer.
¿Cómo tiene el morro de decirme eso? No me entra en la cabeza.

- ¿Llevas todo este tiempo fingiendo ser mi amigo? - le pregunto dolido.

- Pues claro idiota, no sé ni cómo te lo has creído.. - contesta Danny.

- Estoy hablando con Harry, no contigo. - digo serio.

- Oh..mira el pequeñín..si se quiere hacer el mayor y todo..

La voz de Danny a veces me da miedo.
Su tono vacilante y seguro hace que me entren ganas de salir corriendo, pero por desgracia ahora no puedo hacerlo.

- A ver enano - dice agarrando mi brazo con fuerza - te voy a explicar cómo funcionan las cosas a partir de ahora. Tú serás como..mi perrito, ¿entiendes? Que Danny tiene sed, Dougie busca algo para que Danny beba; que Danny tiene calor, Dougie le abanica. ¿Lo pillas?

Asiento dolorido, sus grandes manos están empezando a cortarme la circulación.

- Y, y, ¿y Harry? - pregunto lo más alto que puedo.

- ¿Harry? - dice mirándole - Harry es un gran actor.

Ambos sonríen y mi mundo se cae al suelo.
He dejado de lado a Tom por una persona que lo único que buscaba era reírse de mí. Le he contado mis secretos, le he prestado mis cosas..me he dado mi primer beso con alguien que ni si quiera me tiene un poco de aprecio.

- Eres repugnante. - digo en un tono casi inaudible.

- ¿Quién? - pregunta Danny.

- Tú. Bueno, y él. - digo mirando a Harry - Ambos sois asquerosos.

Danny me suelta el brazo y me levanta la barbilla.
Me mira fijamente y sin que me de tiempo a reaccionar, me estampa el puño en el ojo derecho.
Y duele, duele mucho. Pero me duele más que Harry se quede mirando sin hacer nada, no soy capaz de asimilar que todo lo que me ha dicho haya sido mentira.

- Venga, di que damos asco otra vez, vamos. - dice casi incitándome.

- Dais asco. - repito con el mismo tono.

Esta vez su puño va directo al estómago. Y esta vez duele más, esta vez no puedo contener las lágrimas.

- Mira rubio - dice señalándome - vamos a estar mucho tiempo juntos, así que vete pensando si te conviene comportarte así.

Me mira acusativo y Harry se levanta mirándome de la misma manera.
Tengo miedo de que Harry me trate igual que el pecoso. Miedo a que me pegue y me desprecie tal como lo hace Danny.

- Dougie, no tengo la culpa de que seas tan ingenuo. - me dice Harry.

- No, si encima la culpa de que seas un cabrón la tengo yo. - digo seguro.

- Creo que no has pillado lo del comportamiento - dice Danny - ¡A ver, que salgas de tu mundo de unicornios y mariposas! ¡Harry NO es tu amigo!

Y me echo a llorar. Sin que haga falta ningún golpe más me echo a llorar como una niña pequeña. Porque duele, la verdad duele demasiado. Ver la forma en la que el tiempo pasa y las cosas siguen siendo una mierda, duele. La vida en general duele.

- Harry, vámonos. Paso de ver cómo llora. - dice Danny dirigiéndose a Haz.

Harry asiente, me mira con pena y salen de allí.
Es horrible todo lo que pueden provocar las mariposas de mi mundo. El aleteo de una de ellas, puede crear una gran tormenta de arena. Y eso es lo que pasa ahora mismo, mi mundo, ese en el que según Danny hay unicornios y mariposas, está totalmente destruido por culpa de una tormenta.

Y Danny ha dicho que estaremos mucho tiempo juntos..

viernes, 4 de febrero de 2011

Capítulo seis.

Llevo más de un mes sin quedar con Tom, y creo que ya es hora.
Voy a la mesita de noche, cojo mi móvil y marco su número. Dos pitidos y ya lo ha cogido.

- ¿Dougie? - pregunta sorprendido.

- Sí, yo mismo. ¿Qué tal estás? Hace mucho que no hablamos..

- Ya ves, el tiempo que llevas quedando con Harry. - dice molesto.

- Tom, yo..lo-lo siento..es que..

- No pasa nada Doug, puedes quedar con quien quieras.

Me quedo en silencio, no sé qué responder. La verdad es que lleva toda la razón. Cuando creo que por fin tengo palabras, el móvil pita avisándome de que tengo otra llamada.

- Eh..¿puedes esperar un momento? Me llaman, no cuelgues. - digo.

- ¡Vale, pero no tardes!

Pulso el botón que "calla" a Tom y descuelgo la otra llamada. Un segundo de su voz y ya lo reconozco, es Harry.

- ¡Harry! ¿Qué tal? - le pregunto.

- Bien..te llamaba por si te venías hoy al campo.

- ¿Al..al..al campo?

- Sí Dougie, al campo.

Escucho su risa y río yo también. La risa de Harry es pegadiza.

- Es que mis tíos tienen una casa allí, y a veces me gusta irme a relajarme y tal.. - me explica.

- Ah..pues..no sé.

Pienso unos segundos y me doy cuenta de que tengo a Tom al otro lado de la línea. Eso me hace sentir culpable. Se supone que le había llamado para quedar con él y si le digo que sí a Harry..es como si le fallara.

- Vale, ¿a qué hora quedamos?

Perfecto Dougie, viva el caso que le haces a tu consciencia.

- ¿A las..cuatro te parece bien? Está un pelín lejos. - dice.

- ¡Perfecto! Nos vemos en..

- Tu casa. - responde rápido.

- Vale, ¡hasta luego!

Cuelgo a Harry y vuelvo a Tom.
Me siento un poco mal..pero el plan de Harry me parece totalmente irresistible.

- Ya he vuelto. - digo.

- Menos mal. Bueno, ¿hacemos algo hoy o qué?

- Pues verás..Tom..

- Has quedado con Harry. - dice seguro.

Yo no respondo, me da miedo su reacción. Sé que Tom no se enfadará pero..sé que estoy siendo un cabrón, y eso no me gusta.

- Lo siento.

- Ya te he dicho que tú puedes quedar con quien quieras. Doug, te cuelgo que voy a quedar con Gio..¡adiós!

Me cuelga rápidamente y eso hace que me sienta peor. Tom suele tardar en colgar, le gusta ver si la otra persona sigue ahí. Tom tiene manías graciosas, como esa.

Miro el reloj y son ya las tres. Subo a mi habitación para preparar una mochila con alguna sudadera y tonterías varias. Cuando bajo sigue sin haber nadie en mi casa, es increíble como mi madre y mi hermana pasan de mí. Increíble.

Las cuatro, eso quiere decir que en menos de un minuto Harry estará aquí. No sé cómo lo hace, pero siempre consigue ser puntual, por eso esta vez no iba a ser menos.
Oigo el timbre y voy dando saltitos para abrir. Le recibo con una sonrisa que me devuelve.

- ¿Listo? - pregunta animado.

- Listo.

Nos montamos en su coche y como siempre, pasamos el camino en silencio. Parece que el coche absorbe mis pocas palabras y me deja totalmente mudo.
Tardamos más o menos dos horas en llegar, y nada más salir del coche, me siento libre.
Estamos frente a un campo verde, con flores amarillas típicas de cuento, un cielo realmente azul y la casa. Una pequeña casita de madera que parece de ensueño.

Dios mío..todo ésto llega a ser cursi incluso para mí..

Harry, aun sin pronunciar palabra, lleva sus maletas hacia la casa. Yo le sigo y hago exactamente lo mismo que él.

- ¿Te gusta? - pregunta.

- Mucho, es muy bonito.

- Sí, además a quince minutos de aquí hay un lago.

Sonrío como un idiota, todo es demasiado increíble para ser verdad. Una casa de madera, un cielo azul, un campo verde, un lago..¿qué más puedo tener?

- ¿Vamos a bañarnos? No creo que el agua esté muy fría. - pregunta.

- Eh..bueno, vale.

Vale, también puedo tener ésto.

Cogemos nuestros respectivos bañadores, dos toallas y una cámara. Debo suponer que Harry quiere hacerse fotos conmigo, y eso me resulta adorable.
Como él ha dicho, en quince minutos ya estamos allí. Es un lago bastante grande, y parece que también bastante frío.
Harry se quita la camiseta rápidamente y se tira al agua. La verdad es que es bastante valiente.

- ¡Vamos Dougie! ¡Tírate! - grita.

- Es que..parece estar muy fría. - dijo en voz baja.

- ¡No! ¡Está perfecta, vamos!

Dudo varios segundos, la verdad es que me da miedo. Nadar nunca ha sido lo mío, ningún deporte lo es.
Miro varias veces a Harry, que me espera con una gran sonrisa. Hoy está guapo, más de lo normal. Y sí, tiene un buen cuerpo para su edad.
No lo dudo más, y me tiro. Así, como si nada. Como si yo llevara toda la vida haciendo natación. Por desgracia no es el caso, y cuando me doy cuenta, creo estarme tragando más agua de la normal.
Harry nada hacia mí agitado y me agarra por los hombros. Este hombre es mi salvador.

- ¡Eh! ¿Estás bien? - pregunta bastante preocupado.

Toso varias veces y asiento.

- ¿Seguro? - vuelve a preguntar.

- Sí Haz, de verdad. Es solo que me he mareado un poco..

Harry me agarra de la cintura para que no me caiga y me acerca mucho a él. Comienzo a ponerme nervioso. Estoy mareado, pero tener a Harry a dos centímetros de distancia no ayuda mucho.

- Ha-harry..estoy bien, de verdad. Puedes soltarme. - digo evitando su mirada.

- Bueno..es que no quiero.

- ¿Qué? - digo abriendo los ojos.

- Que no quiero soltarte. - dice serio - Mírame.

Dicho éso, casi me obliga a hacerle caso. Me coja la barbilla y me levanta la cabeza. Mis ojos se encuentran con los suyos, y me sonrojo más.
Harry me mira los labios varias veces. Seguramente los tengo morados por el frío o rosas por la vergüenza que estoy pasando ahora mismo.

Vamos, respira hondo. Dile que se aleje y todo irá bien.

- Dougie, ¿puedo hacer algo? - pregunta sin romper el contacto visual.

Muevo la cabeza en un intento de asentir que no sé si ha comprendido.
Él empieza a acercarse demasiado, tanto que creo que voy a desmayarme ahora mismo. Coloca su mano derecha en mi mejilla y me mira a los ojos. No hago nada, estoy completamente inmóvil. Puedo ver como se sigue acercando y cierro los ojos automáticamente. Y me besa, juro que me está besando. Y juro que es jodidamente maravilloso.

Por lo que veo Harry ha comprendido que era un sí.

jueves, 3 de febrero de 2011

Capítulo cinco.

Los días siguen pasando, en mi caso, de forma monótona.
Ahora mi vida se basa en algo más que ir a la biblioteca, últimamente salgo con Harry. Sí, el mismo. Al principio me parecía raro, pero me fui dando cuenta de que es una persona que merece la pena. Esta mañana me ha llamado para ir al cine, y dentro de unos diez minutos estará aquí.

Me siento en el sofá a esperar mientras pienso en lo que ha cambiado todo desde que me encontré a Tom en esa biblioteca.

Tom, Tom es un gran amigo. Desde luego que lo es.

Me meto en mis pensamientos hasta que suena el timbre. Harry ya está aquí.
Abro la puerta y lo veo sonriente.

- ¡Ey! - digo.

- ¿Preparado para nuestra tarde de cine? - dice animado.

Yo asiento y cierro con llaves rápidamente.
Nos montamos en su coche. Un mini rojo, o eso creo.

- Bueno..¿has pensado qué peli vamos a ver? - me pregunta.

- Pues..no sé, ni si quiera sé cuáles hay..

- ¿Tú no miras la cartelera o qué? - dice riendo.

- La verdad es que no, hace mucho que no voy al cine.

Estaría bien decirle el tiempo exacto que hace desde que no voy, pero no quiero que se ría. Tampoco quiero hablar de esa historia, es demasiado pronto para tanta confianza.

- Podemos ver alguna de miedo - dice mirando la carretera.

Me quedo un rato en silencio esperando a que se de cuenta que no me gustan esas películas, pero no dicen nada.

- Vale, por mí bien. - digo serio.

No quiero que piense que soy un miedica..

Harry sonríe y sigue conduciendo atento.
El resto del trayecto lo pasamos en silencio, no hay nada de qué hablar y el silencio es bastante cómodo a veces.
Entramos en el centro comercial y Harry se encarga de las entradas mientras yo voy por las palomitas. En la cola, a lo lejos, puedo diferenciar a un chico rubio que me suena demasiado.

¿Será Tom? Joder Doug, necesitas gafas eh..no ves nada.

Me acerco un poco y confirmo lo que estaba pensando: es Tom y está con una chica morena, un poco más baja que él y bastante guapa.

- ¡Tom! - le digo haciendo que se gire.

- ¡Eh, Doug! ¿Qué haces tú aquí?

- He venido..a ver una película.

- ¿Solo? - pregunta sorprendido.

- No, con Harry.

Bajo la cabeza, sé que Tom odia que pase tanto tiempo con Harry. Cree que está siendo bueno conmigo para pedirme algo a cambio. A veces Tom es más paranoico que yo, y eso es bastante difícil.

- Ah - Sigue - Mira, esta es Giovanna.

Giovanna me saluda sonriente, parece ser que Tom está rodeado de personas tan felices como él.

- Encantado - sonrío - Vo..sotros sois..¿novios?

Ambos se miran sonrojados y niegan rápidamente. Pongo la mano en el fuego a que se gustan, y mucho.

- ¡No! Si fuéramos novios te lo habría contado.. - dice Tom aun rojo.

Claro, pero bien que te callas que te gusta..¡villano!

Asiento y a lo lejos veo a Harry con las entradas en la mano.

Mierda, las palomitas.

- Bueno, tengo que irme - digo señalando a Harry - ¡Encantado de conocerte!

Me despido con la mano y voy hacia Harry.

- Lo siento, me he encontrado a Tom y se me ha pasado lo de las palomitas..

- No importa, las compramos ahora.

Nos volvemos a poner en la cola. Puedo ver como Tom y Giovanna se sonríen todo el rato y hablan cariñosamente. Hacen una bonita pareja.
Cinco minutos después, ya tenemos nuestras palomitas y estamos en nuestros asientos.
La película empieza. Veo como toda la sala (incluyendo a Harry), come palomitas y mira atentamente. Yo no quiero mirar, a mí me da miedo.

- Dougie..¿quieres? - dice tendiéndome las palomitas.

- No, gracias..no tengo hambre.

Como para tenerla viendo gente muerta y sangre.

Llevamos más o menos una hora aquí metidos y ya no sé en qué postura ponerme. Intento que no se note lo incómodo que estoy, pero parece ser que no lo consigo.

- ¿Te pasa algo? ¿Quieres irte? - pregunta Harry preocupado.

- Eh..nono, es solo que..tengo calor. Voy al baño.

Me levanto y salgo literalmente corriendo.
Entro al baño y me apoyo en el lavabo, estoy mareado. No me gustan ese tipo de películas, nunca me han gustado. Me miro en el espejo, doy miedo. Parezco un zombie, estoy exageradamente pálido.

- No volveré a ver estas películas..ni en broma. - susurro hablando solo.

Me quedo un buen rato ahí dentro hasta que veo que las puertas se abren. Intento disimular mi cara de agobio y veo que quien entra es Harry.

- Dougie - dice serio - ¿por qué no me has dicho que no te gustan estas pelis?

- Sí que me gustan.. - miento.

- Sé que no, no hay más que ver tu pálida cara. - dice acercándose.

Me limito a encogerme de hombros mientras veo a Harry acercarse mucho, demasiado.

- Vámonos anda, quiero que estés cómodo - dice acariciando mi mejilla.

Yo bajo de donde estaba sentado y le sonrío a modo de agradecimiento. La verdad es que Harry se porta bastante bien conmigo, me hace sentir genialmente genial.

Y encima es guapo..Harry es MUY guapo.