martes, 26 de abril de 2011

Capítulo veintisiete.

Aquí estoy de nuevo, demasiado pronto D:
Como siempre, gracias por los comentarios :3 Y a las que decís que no queréis ser pesadas..¡no lo sois! ¡Me encanta ver lo que pensáis sobre la historia y tal! :)
Y nada, que quedan tres capítulos *no escritos* para acabar el fic..así que, a leer.
PD: Este capítulo es el POV de Danny. Desde que ven a Tom en adelante.

Acabamos de salir del concierto y Dougie está eufórico.
Me encanta verlo tan feliz, siento que he hecho algo bien y tengo ganas de que vea lo siguiente. Sé que le va a gustar y va a regalarme una de sus increíbles sonrisas de niño pequeño.

- ¡Danny! - me llama.

- Eh, ¿qué pasa? ¿Estás bien?

- Sí, no, no sé. Danny, ¡ese es Tom!

Miro hacia donde señala con su dedo y siento que mi cara palidece.
Está más que claro que es él, no hay más chicos altos y rubios en el mundo que tengan su hoyuelo. Genial.

- ¿Vas a ir a verle? - pregunto bastante serio.

- Pues..me gustaría pero..¿te parece mal?

- Claro que no, ve a verlo. - respondo.

- Sé que te molesta, tu cara lo dice todo..

- Doug, es solo que no quiero que me dejes solo. - confieso - No quiero que ahora te vayas con él a casa y se rompa todo.

- Eso no pasaría nunca idiota. - dice besándome - Ven, acompáñame.

Le hago caso y enlaza mis manos con las suyas.
Nos acercamos despacio y Dougie le da unos golpecitos en la espalda hasta que el rubio se gira. Y su cara es increíble. Expresa sorpresa, felicidad y tranquilidad hasta que mira un poco más y me ve a mí. Sé que no le caigo nada bien y que no puede comprender qué hago aquí.

- Repito la pregunta: ¿con Danny? - abre mucho los ojos - No entiendo.

- Es una larga historia..

- Ya, lo supongo. - dice - Doug, te he echado mucho de menos..fui a tu casa y tu madre me contó que estabas con tu tía, ¿es cierto?

Perfecto, un motivo más para odiar a Tom. ¿Por qué fue a buscarlo? Y lo más importante, ¿por qué cojones le dice nada a Dougie? Que se calle y le suelte, quiero irme ya a casa.
Siguen hablando y Tom le hace un gran interrogatorio en el que me veo obligado a intervenir.

- No sé si volveré, me fui porque..lo necesitaba y estoy con Danny porque..porque..

- ¡Porque mi tía también vive aquí! - contesto acercándome a ellos.

- Eso. Su tía y la mía son amigas y..ya ves. - dice Dougie - Ahora nosotros también somos amigos.

- ¿Amigos? - pregunto dolido.

Ambos me miran extrañados y yo me quedo en silencio.
No voy a decir nada pero, ¿desde cuándo los amigos hacen lo que nosotros? Me parece increíble que no quiera admitirlo delante de Tom, que es su supuesto mejor amigo.

- Me voy. - le digo - Quédate con Tom hablando y ya luego llamas a tu tía para que te venga a buscar.

- Pero..mi tía..yo..no me he traído el móvil. - responde preocupado.

- Toma el mío, llama al fijo. Nos vemos Tom.

Me despido con la mano y puedo ver cómo sonríen, al parecer se alegran bastante de que me vaya. Me dirijo a casa enfadado, sin ganas de nada y un poco decepcionado. Quería hacer de hoy el mejor día de mi vida y se acaba de convertir en una gran mierda.
Tras más de una hora en el coche, consigo llegar a lo que viene siendo nuestro nido. Entro y lo veo todo, preparado, perfecto..casi como la última vez que le hice un regalo a Dougie.

- Harry ha hecho un gran trabajo..

Como le dije, Harry vino a casa y puso cursilerías por todas partes.
Velas, una comida increíble preparada por mi madre y recuerdos de este tiempo juntos. Sí, la segunda cosa más absurda que he organizado en mi vida. Y todo para nada, para estar solo.

Enciendo la tele y me tumbo en el sofá ignorando el enorme peluche que le he comprado esta mañana al enano. Un pollito, como él. Uno enorme y suavito..casi una réplica suya que pensé que le encantaría, pero que tardará en ver.

Qué bien lo has hecho Jones, qué bien.

Pasa el tiempo y son las once, hace una hora que Doug está con Tom y ni si quiera me ha llamado.
Miro el teléfono y pienso varias veces en llamarle, lo hago. Sólo quiero saber si tardará, sólo quiero decirle que la cena se va a poner fría.

Piiiiiiiii..piiiii..piiii..nada.

Supongo que está demasiado ocupado para cogerlo, así que espero un poco más. Tras llamarle otras tres veces, sigo sin conseguir resultado. Nada de nada, Dougie me ignora.
Empiezo a enfadarme y a sentirme el mayor fracaso del mundo. ¿Para eso me esfuerzo?
Quiero gritar, pegar a alguien..pero decido hacer otra cosa. Cojo el teléfono y marco un número, esta vez uno diferente. El de alguien que sé que vendrá, el de ella, el de Kate.

- ¿Sí? - responde una dulce voz.

- Kate..soy Danny, ¿te apetece venir a mi casa?

- ¡Claro! Dame veinte minutos.

Me cuelga y sonrío satisfecho.
Conocí a Kate hará dos veranos, y se puede decir que nada más hablar con ella la consideré mi 'folloamiga'. Nos veíamos todos los días, tomábamos un helado y..al tema.
Y ahora, cada vez que estoy mal o falto de un polvo, la llamo. Parece algo cruel, pero ella acepta encantada..así que no es mi culpa.

Veinte minutos después llaman a la puerta, algo que siempre la ha caracterizado es su puntualidad.
Abro y la veo, como siempre, preciosa. Pelo largo y rubio, algo ondulado, sus ojos grandes, azules y brillantes, su perfecta sonrisa y esas piernas maravillosamente largas.

- Pasa. - digo abriendo más - Estás preciosa.

- Siempre me dices lo mismo - ríe.

- Es que siempre lo estás, qué quieres que le haga.

Reímos y entramos en silencio.
Mira toda la decoración y veo la duda en sus ojos, pero le hago saber que no quiero hablar de ello.
Dos vasos de vino, un poco de risas y nos encontramos en mi cama. Sólo estamos sentados, ni si quiera nos hemos rozado aún, pero sé que tardaremos poco.

- Bueno..querido Jones..¿vas a dejarme así toda la noche?

- Sabes que no. - río bastante fuerte.

Me regala una sonrisa pícara y se acerca poco a poco.
Es la primera vez que vamos tan despacio, pero me da igual. Yo sólo quiero descargarme, sentir que no estoy solo. Que aunque sólo me quiera para el sexo, me necesita.

Acorto distancia y la beso con prisa, con pasión.
Siento sus labios fríos y pienso en los de Dougie. Los suyos son cálidos, suaves, finos..al contrario que los de Kate.
Me acerca a ella y me besa con más fuerza mientras me va tumbando en la cama. Se echa encima mío y cuela su mano por debajo de mi camiseta.

No, no, no. ¿Qué mierda hace? 

Intento ignorar mis pensamientos, pero no puedo.
No me gustan sus manos, no son las del enano. No me gusta que me bese, porque me siento sucio. Yo quiero a Dougie, aquí, conmigo..ahora.
La aparto un poco brusco y me mira sorprendida.

- ¿Qué pasa?

- No Kate, no puedo. - digo - Vete, por favor.

- Pero..

- Enserio, créeme. No puedo..

Asiente y se va sin entender nada.
Yo respiro entrecortadamente y millones de voces se apoderan de mi mente. No sé por qué la he llamado, no sé por qué la he besado..yo no quería hacer nada de eso.

Me meto en el baño, me ducho y salgo un poco más tranquilo.
Yo quería sentirme mejor, pero por primera vez no he podido. Mientras ella me besaba, yo pensaba en los besos que Dougie y yo hemos compartido; mientras me acariciaba, no podía parar de pensar en mi primera vez con él..y si hubiera seguido, probablemente ahora estaría destrozado.

- ¡Le odio, le odio! - grito dándole golpes a la mesa.

Y es que Dougie está volviéndome loco, me ha cambiado por completo y lo peor es que me gusta. Me gusta ser como soy ahora, romántico y enamorado. Un momento..¿enamorado? ¿He dicho yo eso? Increíble.

Acabo de admitir que estoy enamorado de un chico..enamorado de Dougie.

Me tomo un vaso de agua y me tumbo en la cama.
Miro la hora, son las doce y Dougie sigue sin venir. A lo mejor se lo ha contado todo a Tom y éste le ha dicho que lo lleva a casa. Doug ha aceptado y me ha abandonado como venganza, dejándome tan solo como estaba antes.

Me froto los ojos e intento no pensar en eso.
Sé que soy estúpido, pero lo necesito aquí conmigo. Me he acostumbrado a estar las veinticuatro horas del día junto a él y ahora me siento inseguro si no está a mi lado.
Miro a mi alrededor y es como si todo estuviera vacío..esta sensación es horrible. Estar enamorado es horrible. Dougie es..no, Dougie no es horrible, es perfecto.

El teléfono empieza a sonar y me levanto rápidamente.
Miro la pantalla y veo mi número, lo que quiere decir que es él. Tardo varios segundos y al fin contesto:

- ¿Danny? - dice su voz al otro lado.

- Anda, si es el enano..¿qué quieres?

- Yo..bue-bueno, acabo de salir de la cafetería.

- ¿A la una de la noche? Venga ya, Dougie. - digo enfadado - No me jodas.

- ¡Es verdad! He estado con Tom ahí todo el rato..

- Ya, y ahora quieres que vaya a recogerte, ¿no?

- Sss-sí..

- Tienes un morro que te lo pisas. - le reprocho.

- Dijiste que te llamara al terminar..

- Porque soy gilipollas. - digo gritando - Demasiado gilipollas.

Antes de que pueda replicarme, cuelgo.
No quiero saber nada, no quiero escuchar más. ¿A estas horas está abierta una jodida cafetería? Ya, claro.

Aunque..ya me dirás tú que hacían si no..

Dos minutos más tarde me encuentro en el coche camino Londres. Estoy seguro de que Dougie piensa que no voy a ir a por él, he sido demasiado borde por teléfono. Estará asustado, sin saber dónde ir ni qué hacer..y ahora mismo no puedo avisarle de que voy hacia allí.

Cojo velocidad mientras algunas lágrimas recorren mis mejillas.
Definitivamente soy estúpido, y mucho. Estoy llorando porque me da miedo que le pase algo, cuando ya tiene una edad. Pero lo veo tan frágil..como si todo pudiera hacerle daño.

Pasada ya la hora, llego al Starbucks y salgo del coche corriendo.
Miro por todos lados nervioso y lo veo sentado en un banco cercano. Está encogido, con la cabeza entre sus piernas y tiembla superficialmente.
Me acerco despacio y me siento a su lado. No levanta la cabeza, pero lo escucho sollozar. Todo por mi culpa, por ser tan idiota.
Lo abrazo despacio y lo aprieto con fuerza hacia mí.

- Lo siento..he sido un borde.. - le digo - Pero es que te quiero demasiado..

Levanta su cabeza, me mira fijamente y me abraza con fuerza.
Y ahora puedo sentir la confianza y la seguridad de nuevo, el cariño..puedo sentir a Dougie.

Porque sí, lo necesito para ser feliz.

lunes, 25 de abril de 2011

Capítulo veintiseis.

He vuelto con el siguiente capítulo :3
Gracias a las nuevas lectoras *ejem Paula, ejem* y a las que leéis siempre :) Como siempre digo, hace mucha ilusión ver los comentarios que dejáis. Aunque muchas ya no comentan..no sé si porque han dejado de leer *NO DDDDDDD:* o porque no les gusta o qué. xDD
Y eso, a leer e.e

Entramos en un Starbucks, nos pedimos dos cafés bien calientes y nos sentamos en la primera mesa libre.
Hacía tiempo que no iba a una cafetería, y mucho más tiempo que no veía a Tom. Su sonrisa, su mirada de cariño, su confianza con dos simples palabras..estar con él era increíble.

- Bueno dime, ¿y qué tal todo? - me pregunta.

- Eh..bien, no sé. Estoy feliz.

- ¡Wow! Dougie Poynter diciendo que está feliz..tu tía hace milagros. - ríe.

- Sí..mi tía..

Pienso en decirle la verdad, pero no sé cómo podrá tomárselo. No comprenderá que me haya enamorado de Danny, no creerá lo que me dice el pecoso y querrá llevarme a casa, lo sé.
Pero si no le digo las cosas, siento que miento a la mejor persona del mundo, a mi único amigo.

- ¿Me estás escuchando?

- Eh..perdona. - le digo - ¿Tú qué tal? ¿Estás saliendo con la chica esa..?

- Giovanna. - sonríe - Sí, estamos juntos..es perfecta Doug, perfecta.

Comienza a hablarme de ella y sus ojos se vuelven cada vez más brillantes. Se nota a leguas que le gusta, es más, puedo afirmar que está enamorado. Por cómo la define, cómo sonríe y cómo transmite el amor con sus ojos. 

¿Esa cara se me pone a mí al hablar de Danny?

- Y ya está, esa es la historia. - dice.

- Qué bonito..se te ve enamorado. - contesto - Me alegro un montón, ya lo sabes.

- Gracias. - me sonríe - La verdad es que me habría gustado que estuvieras conmigo para ir contándote cada momento..

- Me los has contado ahora.

- Sí, pero no es lo mismo. Y te he necesitado muchas veces.. - dice con la mirada perdida.

Noto su tristeza y pienso en sus palabras.
Tiene razón, como siempre. Seguro que ha pasado malos momentos en los que una tarde como ésta le habría venido genial. Yo debería de haber estado allí, pero no, estaba con Danny.

- Lo siento, de verdad. - le digo - Siento haberme ido así y..

- No pasa nada Dougie, no empieces a exagerar.

- Pensé que estabas enfadado por lo de Harry. - confieso.

- ¿Eh? ¡No, nunca me enfadaría contigo! - dice riendo - Bueno, ¿y tú qué? ¿Has encontrado a alguien especial?

Tom acaba de realizar la pregunta del millón.
Si fuera por mí, le respondería sin ninguna duda que sí, que he encontrado a la persona más increíble y especial del mundo. Le diría que no puedo vivir sin esa persona y que me dan escalofríos cada vez que está cerca. Me gustaría contarle nuestro primer beso, nuestro primer 'te quiero' y sobre todo, nuestra primera vez. 
Me gustaría contarle todo y como siempre, no le contaré nada.

- Eh..bueno..yo..

- Estás nervioso, lo que quiere decir que sí. - ríe Tom - ¡Venga, cuenta!

- Es que..no sé..es algo extraño..

- Dougie por dios, tenemos confianza. ¡Soy Tom, no hay nada más extraño que yo! 

- Aparte de mí.

Reímos y bebo de mi café.
Sé que Tom no me va a presionar, pero ese algo que tiene en su mirada me va a obligar a contárselo todo. Nunca entenderé cómo lo hace, pero con un solo gesto consigue que le cuente hasta el más mínimo detalle.

- Y entonces..

- Vale vale, te lo cuento. - respondo - Pero..promete que no te enfadas.

- ¿Enfadarme? A no ser que estés con Gi en secreto..

Ríe de nuevo y respiro hondo varias veces.
No estoy preparado para soltar algo tan fuerte, y ni si quiera sé si a Danny le molestará que se lo diga. Sólo sé que quiero contarlo, quiero desahogarme y que alguien como mi mejor amigo sepa lo bien que me siento.

- Estoy con un chico. - digo rápido y en un hilo de voz.

- ¿Qué? ¡Felicidades! - me sonríe - ¿Y quién es?

- ¿No te sorprende que sea un chico? 

- No sé Dougie, yo creo que cada uno tiene sus gustos. A mí me gustan las personas, y Gi es una persona maravillosa..por eso la quiero. Si Gi fuera un chico, pues igual. - responde.

- Joder, te envidio. - le digo - Echaba de menos estas conversaciones..

Responde con una sonrisa que me da confianza y se la devuelvo.
Realmente necesitaba esta charla, sentir a alguien como Tom apoyándome y ver que tengo el mejor amigo del mundo.

- Bueno dime, ¿cómo se llama? - pregunta.

- Pues..se-se llama..Danny.

- ¿Danny? Es un nombre bonito. - responde.

Sonríe dejando ver su hoyuelo y por un momento me siento relajado.
Pero esa sensación sólo dura segundos, puedo ver en la mirada de Tom que lo sabe, que ha entendido que ese Danny no es cualquier Danny.

- Sí Tom sí, ¡es Danny Jones! - grito resoplando.

- Sólo quería escucharlo. ¿Me vas a contar la historia?

- Supongo.. - respondo - Sé que es raro, de hecho yo todavía no soy consciente, pero le quiero.

Tom asiente y yo empiezo a contarle toda mi historia con el pecoso.
Dejo atrás algunos detalles como que Harry me engañó y él me secuestró, no quiero que Tom se asuste ni me eche la bronca. 

- Y eso es todo. - digo cogiendo aire.

- ¿Sabes? Sé que piensas que voy a decirte que Danny no me gusta para ti y que te estás equivocando, pero no. - ríe - Todo lo que me has contado..me parece realmente bonito. Si de verdad es como tú dices, no dudo en que está enamorado de ti.

- Gracias, de verdad. Necesitaba a alguien como tú, y me alegro de que te lo hayas tomado así.

Ambos sonreímos, terminamos nuestro café y salimos de la cafetería.
Está oscuro, por lo que miro mi reloj y puedo comprobar que llevamos muchas horas hablando. Son las doce y media, llevo más de dos horas con Tom, y Danny debe estar más que harto.

- ¿Vas a llamar a tu tía, o prefieres que te lleve a tu casa? 

- Nono, no te molestes. - le digo - Puedes irte, yo la llamo y viene en nada.

- Está bien, espero verte pronto..así que te llamaré, ¿vale?

Asiento, le doy un abrazo y lo veo alejarse con una enorme sonrisa. No sé cuándo volveré a verle, pero hoy ha sido un día increíble.
Saco el móvil del bolsillo, cinco llamadas. Seguro que es Danny, porque el número es de una casa. Llamo y tras varios pitidos una voz bastante ronca me contesta.

- ¿Danny? 

- Anda, si es el enano. - responde ahora más alto - ¿Qué quieres?

- Yo..bue-bueno, acabo de salir de la cafetería.

- ¿A la una de la noche? Venga ya, Dougie. - dice enfadado - No me jodas.

- ¡Es verdad! He estado con Tom ahí todo el rato..

- Ya, y ahora quieres que vaya a recogerte, ¿no?

- Sss-sí..

- Tienes un morro que te lo pisas. 

- Dijiste que te llamara al terminar..

- Porque soy gilipollas. - dice gritando - Demasiado gilipollas.

Y me cuelga, sin más.
No me da tiempo a replicar ni a pedir perdón, porque antes de poder abrir la boca, Danny me ha colgado sin oportunidad alguna a seguir hablando.

¿Y si no viene y me deja aquí tirado?

viernes, 22 de abril de 2011

Capítulo veinticinco.

¡Volví!
He tardado un pelín pero..más que tendréis que esperar, porque no tengo nada escrito ._. Intentaré escribir casi todos los capítulos antes del concierto porque después estaré flipada y con exámenes. xD
A leer :3

Llevamos más de una hora metidos en el coche y Danny sigue en silencio.
He pensado todo tipo de sorpresas, pero nunca pensé que estuviera fuera del pueblo. Por un momento creí que íbamos a su casa, pero vamos por un camino que no conozco y mis esquemas están totalmente rotos.

- Danny..¡dame una pista!

- Ni en broma. - me dice - Adivina tú.

- ¡Es que no se me ocurre nada más! Y no me suena el camino..

- ¿Seguro?

Sube el volumen de la radio dejándome pensar y miro por la ventana.
No, el camino no me suena. Ni una casa, ni un bar, ni un cartel..nada. Estoy totalmente perdido y no podré acertarlo nunca.

- Venga, haz memoria. Tienes que saberlo. - afirma el pecoso.

Sigo mirando y entonces veo un cartel: Londres.
Tiene que ser una broma, una visión o un error. Es imposible que Danny me esté llevando a Londres, ¿estamos volviendo a casa?

- ¿Londres? Pero, ¿a dónde vamos?

- Ya te he dicho demasiado. - ríe.

- ¿Me vas a llevar a ver a mi madre? - pregunto histérico.

La sonrisa antes formada en su cara se borra con rapidez.
Creo que no es esa la sorpresa, y a Danny no le ha hecho mucha ilusión que tenga tantas ganas de verla. Es cierto que en este tiempo no se ha preocupado, pero quiero pedirle explicaciones y darle un gran abrazo.

- No. - contesta seco.

- Lo siento, no sabía que te iba a molestar.

- No es eso. - dice aparcando - Es solo que..

Miro por su ventana y hay un enorme cartel.
Sé que no debería dejar de escuchar en este momento pero lo que pone en el cartel me parece demasiado alucinante como para prestarle atención a cualquier otra cosa.
Blink 182, el mejor concierto del año. ¿Te lo vas a perder?

- Dime que eso no es cierto. - digo casi sin respirar.

- Sí..yo..lo siento de verdad..

- ¿Cómo que lo sientes? ¡ES BLINK! Oh dios, oh dios.

- ¿Qué? - pregunta confundido - No me has escuchado, ¿verdad?

Agacho la cabeza y me despeino un poco avergonzado.
Sé que debería de haberlo escuchado pero es que..¡coño, Blink! En un concierto, y yo aquí, al lado.

¿Vamos a entrar en el concierto? Imposible.

- No tienes remedio. - dice riendo - Vamos anda, cojamos nuestro sitio.

- ¿Nuestro qué?

- Tenemos pases vip. - responde sacando dos entradas.

- No me lo puedo creer. Te quiero, y mucho.

Me abalanzo sobre él y le doy un gran abrazo.
Cuando nos separamos, nos quedamos mirándonos un rato sin apartar la vista. No sé qué hacer, aunque me apetece besarlo estamos delante de la gente y..puede que no le guste.

- ¿Piensas besarme ya o qué? - pregunta levantando una ceja.

- ¿Pu-puedo? Hay mucha gente y..

- No me importa la gente enano, que se jodan.

Sonrío y junto mis labios a los suyos.
Danny me corresponde el beso haciéndolo más profundo y acercándome más a él. En momentos así, necesito separarme. Mi cabeza se satura y vienen las imágenes de nuestra primera vez.

Se puede decir que me excito un poquito..

- ¡Venga vamos! - digo tirando de él.

Nos acercamos y puedo ver una cola enorme de jóvenes.
La mayoría son chicas a las que seguramente se les caerán las bragas, pero también hay fans y chicos de mi edad.

Es increíble que yo esté aquí.

- Ven. - dice Danny dándome la mano - Tú y yo vamos por aquí.

Entramos en el recinto ante la atenta mirada de la gente y hay unas diez personas más con pase vip. Por lo visto estas entradas no deben de ser muy baratas si hay tan poca gente.
Me fijo y veo a un grupo de chicos. Creo que son cinco, y aunque hay uno que me parece familiar, de lejos no puedo apreciarlo demasiado bien.

- ¿Te gusta la sorpresa?

- ¿Que si me gusta? ¿Sabes cuánto tiempo llevo esperando venir a un concierto de Blink?
¡Años Dan, años!

- Pues ya no tienes que esperar más. - sonríe.

Nos damos otro beso y comenzamos a esperar.
Según lo que he visto en el cartel, queda más o menos media hora para que mi corazón salga disparado y mi tiempo de vida termine.
Conforme pasan los minutos me voy poniendo más nervioso, y en el momento en el que la gente empieza a entrar, me agobio.

- ¿Estás bien? - pregunta Danny - Te veo pálido.

- Son los nervios..no es nada.

- ¡Tranquilo Doug! No es para tanto..

- Tom, Travis y Mark en primera fila..¡sí es para tanto! - grito.

Él ríe y mira lo nervioso que estoy.
Siento que en cualquier momento voy a vomitar y entonces todo el mundo saldrá corriendo. Hasta mi grupo favorito huirá de mí.

- ¡Cinco minutos! - grita Dan en mi oído.

- Voy a morir. ¿Puedo decirte una cosa antes de hacerlo?

- ¡Claro! Dime.

- Espera, cuando quede un minuto te lo digo. - digo riendo.

Los cuatro minutos más lentos del mundo pasan tras los gritos de la gente. Las luces se encienden y un montón de humo inunda el escenario.
Creo que voy a volverme loco sin haber escuchado ni un acorde cuando Danny me coge el brazo.

- ¡Dougie! ¡Dime eso!

- ¡Ah sí! ¡Que te quiero!

Sus ojos brillan y sus labios sellan a los míos.
Tres ídolos en el escenario, dos sonrisas y una explosión de adrenalina.

Dos horas después, Tom se despide con una de sus guarradas y una carcajada inunda el recinto. Estoy totalmente muerto, y creo que Danny también.
He saltado como nunca, cantado hasta dejarme la voz y sudado como un borrego; a ésto le llamo yo disfrutar.

- ¿Te lo has pasado bien? - pregunta Danny.

- ¿Bien? ¡Genial, increíble, maravilloso! - grito - Enserio, buaffffffff.

- Relájate, que así no pareces mi pollito.

- ¡El pollito sale del cascarón al ritmo de Blink! - respondo provocando su risa.

A los quince minutos estamos fuera, donde puedo ver miles de personas con la misma euforia que yo.
Miro hacia la derecha y veo al mismo grupo de chicos que estaban en primera fila. Me acerco un poco, agudizo la vista y mi corazón se para. Ahora entiendo por qué uno de los chicos me sonaba, claro que lo entiendo.

O estoy soñando, o ese es Tom.

- ¡Danny! - me giro llamándolo.

- Eh, ¿qué pasa? ¿Estás bien?

- Sí, no, no sé. Danny, ¡ese es Tom!

Mira hacia donde señala mi dedo y su cara palidece.
Está más que claro que es él, reconocería su pelo rubio a kilómetros y nunca podría confundir su adorable hoyuelo.

- ¿Vas a ir a verle? - pregunta Dan serio.

- Pues..me gustaría pero..¿te parece mal?

Lo piensa unos segundos y resopla varias veces.
No entiendo por qué, pero al parecer no quiere que vaya a ver a mi amigo.

- Claro que no, ve a verlo. - responde.

- Sé que te molesta, tu cara lo dice todo..

- Doug, es solo que no quiero que me dejes solo. - confiesa - No quiero que ahora te vayas con él a casa y se rompa todo.

- Eso no pasaría nunca idiota. - digo besándole - Ven, acompáñame.

Me acerco despacio y con mis manos entrelazadas a las de Danny.
Entre la emoción del concierto y las ganas de ver a Tom, siento que mi cabeza va a explotar en cualquier instante.

- Perdona. - digo dando dos golpecitos en su hombro.

Tom se gira y me ve allí, al lado de Danny.
Parece no creerlo, porque su boca forma una perfecta "o" y se lleva las manos a la cabeza. Tarda varios segundos en reaccionar, pero finalmente me abraza.

- ¡Dougie! - exclama feliz - Dios mío, dime que no eres un dibujito animado.

- Más quisieras tú. - río - No, soy de carne y hueso. Bueno, más bien hueso.

Reímos juntos y Danny se queda en un segundo plano hasta que Tom desvía su mirada hacia a él. Sé que no comprende nada, y de hecho es lo más normal del mundo. Conociéndole, ahora mismo miles de preguntas pasan por su cabeza.

- ¿Qué haces con Danny? - me susurra.

- Hemos venido al concierto.

- Repito la pregunta: ¿con Danny? - abre mucho los ojos - No entiendo.

- Es una larga historia..

- Ya, lo supongo. - dice - Doug, te he echado mucho de menos..fui a tu casa y tu madre me contó que estabas con tu tía, ¿es cierto?

Mi cara se convierte en un poema y Danny tose nervioso.
¿Mi madre había dicho eso? Ahora entiendo menos que nunca.
Asiento a su pregunta, no quiero meterme en ningún lío sin saber por qué mi madre lo dijo. Seguramente no quería preocuparlo o..no sé, no quiero pensar ahora.

- ¿Y volverás? ¿Por qué te fuiste? ¿Por qué estás con él? - pregunta nervioso.

- No sé si volveré, me fui porque..lo necesitaba y estoy con Danny porque..porque..

- ¡Porque mi tía también vive aquí! - contesta Danny acercándose a nosotros.

- Eso. Su tía y la mía son amigas y..ya ves. - digo - Ahora nosotros también somos amigos.

- ¿Amigos? - pregunta Danny algo dolido.

Balbuceo letras sin sentido mientras Tom nos mira sin comprender nada.
Sé que hacemos cosas que no hacen los amigos pero..¿acaso no le da vergüenza que lo diga delante de Tom? Lo he dicho por su bien.

- Me voy. - me dice Dan - Quédate con Tom hablando y ya luego llamas a tu tía para que te venga a buscar.

- Pero..mi tía..yo..no me he traído el móvil.

- Toma el mío, llama al fijo. - responde guiñando un ojo. - Nos vemos Tom.

Se va despidiéndose con la mano y me siento bastante mal.
Me ha organizado uno de los mejores días de mi vida y ahora tiene que irse a casa solo para luego volver a por mí. Todo para que me quede hablando con mi único amigo, me siento egoísta.

- Creo que tienes mucho que contar, me lo dicen tus ojos. - ríe Tom - ¿Un Starbucks?

- Perfecto.

Meto el móvil en el bolsillo, Tom se despide de sus amigos y nos dirigimos al Starbucks más cercano, como en los viejos tiempos.
Necesitaba ésto, no recordaba lo bien que se siente una persona cuando está al lado de Tom. Es algo muy reconfortante.

Realmente lo echaba de menos..

lunes, 18 de abril de 2011

Capítulo veinticuatro.

Señoras, here I am.
Lo siento por tardar, como se supone que sabéis, he estado mala ._. Y bueno, ya estoy algo mejor y tengo escritos el 24 y el 25. Pronto escribiré los demás y..¡fin! Muahaha.
¡A leer! :3

Los días pasan rápidos y cada minuto que transcurre parece que siento algo más fuerte por Danny. Hace casi una semana que dimos el gran paso, y por muy increíble que parezca, no hemos vuelto a hacerlo. Ni si quiera hemos mencionado el tema, y sí, viniendo de él se me hace demasiado extraño.

Algo le pasa..

Camino hacia la cocina en busca de su mirada y me encuentro a un pecho desnudo cubierto de pecas y a dos enormes ojos azules mirándome.
Sonrío al verlo y él me devuelve la sonrisa. Viviendo momentos como éste, deseo estar aquí para siempre.

- Buenos días, ¿planes para hoy? - me pregunta.

- Pues..no sé, ¿has pensado algo?

- En cierto modo sí pero..te va a parecer raro.

- ¿Qué es? - pregunto curioso.

Danny agacha la cabeza y me parece que resopla. No entiendo nada, ha sido él mismo quién me ha dicho que tenía un plan raro..es lógico que le pregunte.
Sube de nuevo buscando mi mirada y me contesta bastante serio:

- ¿Podemos sentarnos a hablar antes de salir? Quiero explicarte algo.

Asiento temeroso y nos dirigimos al salón.
Ambos nos sentamos en el sofá bastante cerca, no sé quién de los dos está más nervioso.

Su mirada no me inspira nada bueno..

- ¿Qué pasa? - le pregunto.

- Me gustaría aclararte algunas cosas.

- Pues empieza. - digo rápido.

Mira el vaso de agua que hay en la mesa y se lo bebe de golpe. Señal de que lo que me quiere decir no se acerca para nada a algo bueno.
Se frota las manos varias veces y veo que las tiene sudorosas. ¿Tan grave es lo que tiene que contarme? Empiezo a sentir que todo da vueltas.

- Quiero explicarte por qué estás aquí.

- Te escucho atento. - respondo.

- Verás..¿te acuerdas cuando nos conocimos? - me pregunta mientras asiento - Me llamaste la atención. Me hizo mucha gracia que te pusieras nervioso por el simple hecho de que un chico un poco más mayor que tú fuera por el mismo pasillo a por un libro.

- No ibas a por un libro. - le reprocho - Aparte, ya sabes cómo soy.

- Ya, pero antes no lo sabía. Por eso me hizo tanta gracia. - ríe al recordar.

- Bueno..¿y entonces?

Danny juega de nuevo con sus manos y sigue sudando.
Sé que está nervioso y que estoy siendo muy directo, pero necesito saber por qué me hizo todo ésto. Ahora soy feliz, pero al principio lo pasé demasiado mal sin saber por qué.

- Entonces decidí hacerte aquella broma para que fuéramos amigos. Pero cuando te acorralé, te asustaste y lo que hiciste fue insultarme. - dice - Y no sabes lo mal que me sentó.

- ¿Pero cómo iba a saber yo que querías ser mi amigo? No estoy acostumbrado a tener amigos, y menos que me digan esas cosas.

- Lo sé, lo sé. Pero en ese momento simplemente pensé que eras uno de los niños que van de callados y luego son los peores. - reconoce avergonzado - Por eso decidí investigar un poco sobre ti. Hablé con gente de tu colegio, con tu hermana e incluso un día te seguí hasta casa.

- Un momento, - le interrumpo - ¿que hiciste qué? ¡Pero de qué vas!

Eso último que me ha dicho no me ha sentado nada bien. ¿Por qué fue a mi casa? Bueno, mejor dicho, ¿por qué me siguió? Y eso de hablar con mi hermana..sin comentarios.
Sé que me estoy comportando a la defensiva y que esos fueron tiempos pasados, pero me parece horrible que hiciera todo eso solo por el hecho de haberle dicho que me daba asco.

- Lo siento, de verdad. - dice sin mirarme - Yo solo quería saber cosas sobre ti, descubrir si eras un capullo como yo pensaba.

- ¿Y lo soy?

- Sí, eres un capullo, pero de esos que se convierten en mariposa. - ríe - Nunca entenderé cómo pude pensar esas tonterías de ti.

- ¿Entonces me..secuestraste solo por decirte que me dabas asco? - le pregunto.

- No, la idea vino gracias al día que te seguí hasta casa. Llamaste a la puerta y nadie te abría, por un momento pensé que tus padres pasaban de ti y me sentí satisfecho. - me explica - Creí que tu vida era igual de mierda que la mía y sentí que no estaba solo. Pero diez minutos después llegó tu madre preocupada, con tu hermana cogida de su mano. Escuché cómo te pedía perdón miles de veces y tú reías diciéndole que no pasaba nada, que no llevabas ahí mucho tiempo. ¿Sabes? Sentí envidia.

Me quedo paralizado sin poder hacer ni decir nada.
Recuerdo ese día como si fuera ayer, y ha contado exactamente lo que pasó. Mi madre se preocupó al verme esperándola sentado, pensó que llevaba mucho tiempo ahí fuera y tuve que repetirle lo mismo millones de veces. Lo que no recuerdo es haber visto a Danny por ningún lado, debió de esconderse bastante bien.

Pero..¿envidia?

- ¿Cómo que envidia? - pregunto por fin.

- Eso, envidia. Me di cuenta de lo mucho que tu madre te quiere, y de lo mucho que la quieres tú también a ella. De lo feliz que eras con tu familia, de lo sencillo que era para ti sonreír. - dice con un tono muy bajo - Y entonces ahí estaba yo, el desgraciado al que nadie quería pero todos admiraban. O tenían miedo, como quieras llamarlo. Quería dejar de ser yo para ser tú, y eso me llenó de furia.

- Eres muy idiota, enserio.

- Deja que acabe. - me suplica - Entonces llamé a Harry, le conté todo y le pedí que se hiciera tu amigo. Al principio se negó, me dijo que todo lo que pensaba hacer era demasiado cruel y que me arrepentiría. Como siempre, conseguí que lo hiciera. Y ahora..es cierto que me arrepiento.

- ¿Te arrepientes? Pues yo no. - contesto - Si no lo hubieras hecho, tú y yo ahora no estaríamos..así.

Danny sonríe y me siento mucho mejor. Conseguir sacarle una sonrisa se ha convertido en una de mis aficiones favoritas, hace que me sienta bien.
Veo que sigue jugando con sus manos y coloco mi mano derecha encima de las suyas. Quiero que me sienta, que sepa que estoy aquí y que ya no me importan esos motivos, porque estoy bien. Porque estamos juntos.

- Puede que eso sea cierto. - dice ahora mirándome a los ojos - Pero me jode mucho haberte engañado de esa forma, haberte traído aquí por pura envidia.

- Bueno..pero ya no importa. Me hiciste daño, es cierto; pero lo que estoy sintiendo ahora no lo había sentido nunca. Seguramente, si no fuera por tu envidia nunca habría conocido el significado de la palabra felicidad.

- Exageras. - dice sonrojado - Aquí el que ha salido ganando he sido yo. Te he privado de muchas cosas mientras yo he ganado muchas otras.

Asimilo lo que quiere decir y no encuentro sentido a nada.
Sí, me ha privado de alguna que otra cosa, sobre todo al principio. En esos momentos me lo quitó todo y no me dio nada. Pero ahora todo es distinto, y no pienso que él haya ganado.

- ¿Qué cosas? - pregunto.

- Te he dejado sin tu madre, sin tu hermana y sin Tom. Sin tu cuarto, sin tus pósters, sin tu intimidad. Y en cambio, yo he conseguido cariño, sinceridad, confianza..te he conseguido a ti. Compáralo y dime si tú no te sentirías una mierda.

- Puede, pero yo me siento así fácilmente. - bromeo - Pecoso, ya sabes que estoy feliz ¿vale? Me alegra saber el motivo, de hecho siempre he querido saberlo pero..ya está. Ahora que lo sé no quiero hablar más de ello.

- Pero..

- ¡Que no! - le interrumpo.

- Hay otra cosa..

- No más chorradas ni arrepentimientos Dan, por favor.

Le callo con un beso y recibo su sonrisa de recompensa.
Sonrisa de las sinceras, esas en las que enseña todos sus dientes y se le arruga la nariz. Esas que hacen que el mundo se pare.

- Bueno, ya está todo hablado. ¿Salimos?

- Claro, tengo una sorpresa que te va a encantar. - responde aún sonriendo.

- ¿Cuál?

- Ah, secreto. - ríe - Vamos rápido y te enterarás antes.

Le pego un suave golpe en el brazo y suelta una de sus carcajadas.
Sabe que las sorpresas me gustan muchísimo, pero la intriga y los nervios me pueden. Saber que tienen algo preparado para mí, que pronto lo veré y no tener la más mínima idea de qué es, me pone histérico.

- ¿Vienes o qué? - pregunta abriendo la puerta.

- ¡Claro! ¡Quiero saber ya qué se te ha ocurrido ahora!

- No creo que te lo puedas imaginar.

Me da un beso rápido y salimos de la casa.
Nos montamos en el coche, nos ponemos los cinturones y Danny pone un poco de música. Y cuando hace que la radio inunde nuestros oídos, quiere decir que no piensa decirme nada hasta que lleguemos.

Quién sabe, a lo mejor consigo sacarle alguna pista..

viernes, 8 de abril de 2011

Capítulo veintitrés.

He vuelto rápido por culpa de Sara ¬_¬
Y bueno, llega el capítulo poRnes. Espero que no os asustéis, decepcionéis, disgustéis ni salgáis corriendo. Que aunque lo mío no es escribir cosas de estas, tampoco creo que sea para que huyáis. xDDD Ah Celia, ¡he puesto lo que me dijiste un día como te prometí! :)
So..hope you like it! :3 (Y comentad, bichos. Que quiero saber opiniones)

Comemos tranquilamente mientras la mirada de Danny me traspasa.
Desde que hemos bajado de la habitación, no ha parado de mirarme ni un segundo. Y puedo decir que esta mirada no me gusta, me asusta. Y me asusta porque no consigo descifrar su significado.

¿Decepción? ¿Tristeza? ¿Maldad?

Intento romper el silencio, pero no sé qué decir. No quiero que Danny note lo incómodo que estoy, así que me limito a comer lo más rápido posible.
Quiero salir de la cocina e ir a un sitio con un poco más de aire, porque aquí parece que me falta.

- ¿Estás bien? - me pregunta.

- Eh..sí. Es solo que..no hablas.

- Ya, es que estaba pensando.

- ¿En qué? - pregunto curioso.

Dos segundos después de formular la pregunta, me arrepiento.
Me arrepiento porque sé perfectamente en qué piensa, y no me apetece que volvamos al mismo tema de conversación.

- En nosotros. - dice - ¿No te parece raro?

- ¿El qué? ¿Nuestra relación? Sí, muy rara.

- Es que..¡joder! - ríe - Todavía no entiendo cómo lo hiciste.

- ¿Yo? ¿Hacer qué?

- Enamorarme. - contesta sonriendo.

Agacho la cabeza muerto de vergüenza y él busca mi mirada.
Sabe que ahora mismo me gustaría esconderme debajo de la tierra y que nadie me encontrase, pero me busca para darme seguridad.

- Sueno cursi. - dice - Qué asco.

- Yo soy cursi, y a ti no te doy asco. ¿O sí?

- Voy a ignorar eso último. - me responde - Si me dieras asco, no tendría ganas de que diéramos un paso más.

Genial, el tema ha vuelto.
Sabía que tarde o temprano sacaría la conversación, por muy odiosa que me parezca.

- Danny, yo..

- Sí, ya lo sé, tú no quieres darlo. - dice mirando a otro lado.

- No es eso, es solo que..no quiero decepcionarte.

- Inseguridad. ¿No estás cansado de esa palabra? Porque yo sí. - dice volviéndome a mirar - Dougie, déjala de lado y haz lo que de verdad te apetece. Olvídate del mundo, solo estamos tú y yo..y sabes que no me decepcionarás.

Sus palabras me dejan sin nada que decir.
Sí, yo también estoy cansado de esa inseguridad que lleva desde que nací a mi lado, pero no puedo hacer nada por apartarla. A veces pienso que sí, que la he vencido y puedo hacer las cosas sin que nadie me pare. Pero luego vuelve a mi cabeza y todo se va a la mierda, eso pasa siempre.

- ¿Cómo estás tan seguro? - pregunto.

- Porque te quiero. Y hablando claro, no espero el mejor polvo de mi vida, simplemente quiero que demos un paso más. Quiero demostrarte que voy enserio.

- Yo también quiero pero..

- Deja los peros, - dice - podemos intentarlo y si no te sientes bien paramos. No quiero que te sientas obligado, es solo si quieres.

Asiento sin pensarlo demasiado y Danny sonríe mientras lleva los platos al fregadero.
Yo quiero hacerlo, sí. Quiero dar ese paso y sentir que de verdad somos uno. Por eso no lo pienso, porque no quiero que mi estúpida vocecilla mental rompa la magia del momento.

Danny me mira y sin decir nada, subimos a su habitación. Para mi sorpresa, está bastante limpia, estoy seguro de que su madre la ha limpiado.
Nos sentamos en la cama y comienzo a ponerme nervioso. ¿Qué hago ahora? Yo no nací para ésto, claro que no.

- Tranquilo - dice acariciando mi mejilla - iremos poco a poco.

Me habla como si estuviera acostumbrado, como si no estuviera tan perdido como yo. Y eso me pone aún más nervioso, ya que yo no soy capaz de comportarme así.

Danny decide acortar distancias para empezar, cosa que me pilla por sorpresa. Sus labios se apoderan de los míos y mi boca es su presa. Me besa suave, pero con fuerza. Como si quisiera que este momento no acabara nunca, como si no hubiera mañana pero sin querer hacerme daño alguno.

Pone un poco más de intensidad y abro mis labios para empezar la lucha de lenguas. Sonríe contra ellos y devuelvo la sonrisa. Me siento demasiado bien ahora mismo, creo que va a funcionar, lo creo de verdad.
Se separa de mi boca dejándome ver sus ojos brillantes, pero brillantes de felicidad. Sé que siente exactamente lo mismo que yo en este momento, y puedo afirmar que es genial.

- Entonces.. - dice.

- No preguntes más, estoy seguro. - le respondo sonriendo.

Me besa de nuevo, pero esta vez un beso corto que me deja con ganas de más.
Se echa hacia atrás quedando en el centro de la cama y se quita la camiseta. Pecas, pecas y más pecas. Eso es lo único que puedo ver ahora, y me gusta.
Me acerco a él sonriendo y sigo sus pasos quitándome también la misma prenda. Sonríe y una sensación de tranquilidad recorre todo mi cuerpo.

Es la primera vez que alguien no me mira con asco..

Decido tomar un poco de iniciativa y me acerco a él provocando otro beso. Y otro, y otro, y miles más.
Danny me tumba delicadamente y se echa un poco encima de mí. Comienza besando mi frente, mis mejillas e incluso mi nariz mientras yo río como un niño pequeño. Continúa rozando suavemente sus labios con los míos y va directamente a mi cuello, movimiento que hace que uno de mis característicos escalofríos recorra mi cuerpo.

Va dejando besos por todos los sitios posibles, haciendo el recorrido varias veces.
Escalofríos, descargas eléctricas, sensaciones demasiado increíbles para una sola persona. Eso es lo que siento ahora mismo, felicidad.
Danny sube y me roba otro beso, provocando la sonrisa más enorme que nadie haya visto nunca.

Decido que es mi momento, que aunque no tenga experiencia debo hacer algo para demostrar que estoy dejando de lado a mi inseguridad.
Giro su cuerpo dejándolo a él debajo y pego mi frente a la suya, mirándole directamente a los ojos. Éstos piden a gritos más besos, más pasión. Danny quiere que continúe y no voy a tardar en hacerlo.

Hago lo mismo que él, dejando besos por todos los sitios descubiertos.
Cuando llego a su ombligo, subo la cabeza para poder ver su enorme sonrisa. Pienso que debo sorprenderle, por eso le desabrocho el pantalón con delicadeza.

Y quien dice delicadeza, quiere decir torpeza.

Paso más tiempo del necesario quitándole el pantalón, y por un momento creo que Danny se va a reír de mí, pero hace todo lo contrario. Se incorpora y me recompensa con un beso, demostrándome que confía en mí y que quiere que sigamos.
Aprovecha la situación y vuelve a dejarme bajo su control, como a él le gusta. Y para qué negarlo, a mí también.
Me desabrocha el cinturón y baja mi pantalón con bastante más rapidez que yo. Ahora ambos estamos en la misma situación, con las mismas prendas uno frente al otro.

Tira los pantalones al suelo dejándolos como decoración y hace el recorrido del principio, esta vez mientras acaricia mis piernas.
Sin haber hecho nada del otro mundo, está provocando que mi corazón vaya cada vez más rápido, demasiado para mi gusto. Besa mi pecho y lo nota.

- Joder, que rápido te late el corazón. ¿Quieres seguir?

- Sí, tú tranquilo. Estoy bien. - miento.

Bien es poco para como estoy ahora mismo, y eso que acabamos de empezar.
Danny me sonríe, me besa con fuerza y se centra en dejar una marca en mi cuello. Le agarro del pelo y no puedo evitar algunos suspiros.
Eso hace que Danny se excite y seguidamente baja su mano acariciándome despacio todo el cuerpo. Más escalofríos, más calor, más ganas de seguir.
Llega al elástico de mis bóxers y siento que mi cabeza va a explotar. Ha llegado a la zona sensible y sé que va a entrar en ella sin pedir ningún permiso.

Y así lo hace. Cuando quiero darme cuenta, Danny ha colado su mano por mi prenda y me masajea al ritmo de sus besos. Lo único que puedo hacer es contenerme para no gritar y agarrarle más fuerte del pelo mientras él hace su parte.
Cuando menos me lo espero, deja mi cuello de lado y tira al suelo mi última prenda. Ahí es cuando entiendo que no estamos en las mismas condiciones, por lo que procedo a quitarle a él los suyos.

Me incorporo y él se aleja.
Mi cara debe de ser bastante graciosa, porque una de sus carcajadas se apropia de la habitación. ¿Qué se supone que está haciendo? No entiendo por qué huye de mí.
Sigo acercándome, y cuando parece que por fin se deja, vuelve a salir corriendo. Esta situación me está poniendo nervioso.

- ¿Qué haces? - pregunto alterado.

- Nada. - ríe - Ven a por mí.

Resoplo y Danny sonríe de medio lado mientras se queda totalmente quieto. No sé si acercarme, no quiero que huya otra vez.
Al ver que sigue igual, me acerco despacio, y cuando por fin llego a su altura, le acorralo contra la pared. Besos, besos y más besos.
Pego mi cuerpo al suyo y Danny gime. Noto que se ha excitado aún más. Me aparta y se quita la única prenda que quedaba en su cuerpo, con prisa.
Me quedo parado, me he bloqueado y ahora mismo no sé qué hacer.

- ¿Vamos? - pregunta señalando la cama.

Dejo la mente en blanco y me tiro literalmente encima de él. Sé que le gusta, porque sonríe como un niño pequeño el día de Navidad.
Decido no dejar que tome el control y concentrarme en su disfrute, creo que él ya ha hecho bastante por ahora.
Bajo mi mano lentamente mientras dejo rastros de saliva por todas las pecas de su pecho. Me encantaría contarlas una a una, pero no acabaría en la vida.
Danny me agarra la cabeza de forma casi superficial, y cuando mi mano comienza a jugar ahí, puedo notar cómo su corazón late con más fuerza.

Estamos un rato así hasta que él decide que es el momento.
Para mi mano y me obliga a subir para recibirme con un nuevo beso. Esta vez brusco, lleno de ganas y con mucha fuerza. Un beso que hace que se me remueva todo el estómago.
Empiezo a ponerme nervioso y las manos me sudan cada vez más. Puedo asegurar que la mezcla entre nerviosismo y excitación no es nada buena.

- Doug, si quieres podemos parar aquí..

- ¿De verdad? - digo intentando asustarle.

- Sí..

- Pero tú..

- Si fuera por mí, te suplicaría que no me dejaras así. - dice señalando su miembro - Pero si no estás cómodo..

Río y muestra una mueca de incomprensión.
Está loco si piensa que quiero parar ahora, justo cuando estamos a punto de ser uno y cuando estoy más excitado. Está totalmente loco.

- Eres idiota. - digo besándole - ¿Cómo voy a querer parar?

Se encoge de hombros y vuelve a la posición de ataque.
Él encima, besándome con fuerza, acariciándome con dulzura. Huellas que demuestran que Danny ha pasado por todo mi cuerpo.
Vuelve a girar nuestros cuerpos, quedándonos de lado. Su pecho pegado a mi espalda, sus manos cogidas a las mías y los latidos de nuestros corazones al mismo compás.

- Creo que es el momento. - susurra en mi oído.

Mi piel se eriza y él deposita un fugaz beso en mi nuca.
Asiento, yo también creo que lo es. Yo también estoy asustado y yo también lo estoy deseando.
Se pega un poco más a mí y deja besos por todas partes, preparándome así para lo que viene. Pasa su mano rodeando mi cintura y la sube hasta llegar a mi cara. Acaricia mi mejilla suavemente y va bajando la mano hasta llegar ahí de nuevo. Me gustaría hacer algo, pero me siento tan bloqueado que prefiero disfrutar del momento.

Tras varios minutos preparándome, puedo sentirlo. Siento ese instante en el que estamos siendo uno; suave, sin prisa, con cariño.
Danny gime en mi oído haciendo que el calor de mi cuerpo aumente. Comienza a moverse muy lentamente y los suspiros que salen de mí cada vez son más altos.

- Danny.. - gimo su nombre sin quererlo.

Me doy cuenta de que cada vez que pronuncio su nombre, él aumenta la velocidad del movimiento.
Siento su respiración acelerada en mi cuello, mi mano apretando con fuerza la suya y sensaciones increíbles. Parece que estoy en el cielo, y la verdad es que no quiero bajar nunca.

No hacen falta muchos movimientos más, cuando ambos llegamos al orgasmo. No puedo pensar, no puedo sentir más de lo que siento ahora. Solo puedo afirmar que lo último que he escuchado ha sido mi nombre viniendo de él, y que lo último que he dicho ha sido el suyo.

Danny y Dougie. Dougie y Danny.

Se aparta con cuidado y se tumba mirando al techo mientras recupera el ritmo normal de respiración. Hago lo mismo, pero el techo no me parece nada interesante, por lo que desvío mi mirada hacia él.
Danny se agarra el pecho, respira con fuerza y no expresa nada con su cara. ¿Le habré decepcionado como temía al principio?

- ¿Te-te-te pasa algo? - le pregunto nervioso sin apartar la mirada.

- La verdad es que sí.

Mierda, mierda, mierda. Lo sabía. 

Un fuerte golpe se apodera de mi pecho y el miedo a su respuesta se hace presente.
No le ha gustado, está más que claro pero..quiero saber qué piensa.

- ¿Y qué es?

- Que cada día me gustas más. - dice mirándome.

- ¿No te he decepcionado?

- Qué pesado eres Doug. - responde - Ha sido perfecto, ¿entiendes? PERFECTO.

Muestro una gran sonrisa y Danny me la devuelve.
No sabría explicar qué siento ahora, porque todas las palabras buenas del mundo se quedarían demasiado cortas.
Me acerco a su oído y le digo:

- Me gustaría que algún día le gritaras al mundo que me quieres.

- Te quiero. - me susurra.

- ¿Por qué me lo dices al oído?

- Porque me has dicho que se lo grite al mundo, y tú eres el mío.

Un gran escalofrío recorre mi espalda y siento el impulso de besarlo. Así lo hago, junto mis labios a los suyos y él pasa su brazo por mi cintura, abrazándome.
De lo cursi que puede llegar a ser la situación, parece que las paredes hablen y digan un sonoro "aaaaaaaaaaawn" al unísono. Todo es demasiado perfecto, más que nunca.

Acabo de vivir el mejor día de mi vida.

jueves, 7 de abril de 2011

Capítulo veintidós.

Aquí está el capítulo, lo subo por miedo a las amenazas y porque ya es hora. xDD
Y antes del Domingo tendré que escribir/subir el siguiente, so..¡a leer! :3


Ayer Danny y yo nos quedamos viendo una película y la imagen que puedo presenciar en este momento me gusta demasiado. Mi cabeza está encima de su hombro, y puedo ver su cara de niño pequeño mientras duerme. Es terriblemente adorable.

Si hasta parece bueno y todo..

Suena el despertador y Danny abre los ojos lentamente.
Me mira, le miro, nos miramos. Puedo decir que tiene una de las miradas más sinceras que he visto nunca.

- Buenos días. - me dice frotándose los ojos.

- Hola. - sonrío.

Espero a que se aparte, pero en vez de eso, se acurruca más cerca de mí. Me aprieta contra él y me sonríe ampliamente mientras yo intento seguir vivo.

Acuérdate de que hay que respirar.

- ¿Qué pasa? - le pregunto.

- Nada. Necesitaba sentirte cerca.

Me sonrojo y bajo la mirada.
Puedo ver su mano jugando con la mía, acariciándola como si fuera única, de cristal. Puedo sentir miles de mariposas en mi estómago y terribles escalofríos por todo el cuerpo. Empiezo a pensar que Danny me gusta de verdad, y no sé si eso es bueno.

- He pensado que podríamos ir hoy a mi casa. - me dice - Seguro que Vicky quiere verte.

- ¡Perfecto! Ya sabes que me encanta tu hermana.

- ¿Más que yo? - pregunta haciéndose el enfadado.

- No lo dudes.

Danny abre la boca formando una circunferencia y se cruza de brazos.
Intenta esconder su sonrisa y pone una mueca típica de un niño pequeño al que no le dan lo que pide.

- Estás muy gracioso así. - le digo.

- Pues a mí no me hace gracia. ¿Enserio prefieres a mi hermana?

- ¡Sabes que no!

- Ah, me creía. - contesta sonriendo.

Se acerca y me besa.
Uno de esos besos rápidos que te dejan con ganas de más, pero que aún así, te hacen sentir cosas increíbles.

- ¿Nos vamos a ir ya? - le pregunto.

- Sí, voy a ducharme y nos vamos. ¿Te parece bien?

- Por supuesto.

Sonrío y observo cómo entra en el baño.
Comienzo a pensar en todo lo que está pasando y llego a la conclusión de que estoy perdido. Me estoy metiendo en algo muy gordo y a este paso no voy a poder salir. ¿Hace cuánto tiempo que no hablo con mi madre o con mi hermana? Demasiado.

Aunque a ellas tampoco les ha importado mucho..

Cojo un cojín que tengo al lado y lo aplasto, es mi forma de desahogarme. No quiero llorar en un día como hoy, estoy cansado de tirar lágrimas cuando no es necesario.
Hoy lo pasaré genial con Danny y veré a Vicky, ya está. No hay nada más que pensar.

- ¿Listo? - pregunta Dan desde la puerta.

- ¿Cómo has sido tan rápido?

- ¿Rápido? Dougie, llevas media hora metido en tu mundillo. - ríe.

Increíble, el tiempo en esta casa pasa más rápido de lo normal.
Salimos y un sol deslumbrante me ciega. Al parecer hoy va a ser un gran día, de esos que no se olvidan fácilmente.

- Hoy conocerás a mi madre. - me dice entrando en el coche.

- Ah..guay.

No sé qué decir. ¿Conocer a la madre de Danny?
Puede que para un amigo normal sea simplemente decir hola a la mujer que le dio vida al pecoso hace años, pero para mí significa mucho más.
Empiezo a ponerme nervioso y las manos me sudan.

- Eh, no estarás nervioso, ¿no? - pregunta mirándome.

- Pues..un poco.

- Es mi madre, no muerde. - ríe - El único de la familia que puede morderte soy yo, tranquilo.

Me muestra una sonrisa pícara y mis mejillas arden.
Es increíble la capacidad que tiene para hacer que mi cara se vuelva de otro color y mi garganta queme. Es horrible.

No pasa nada, ya queda poco para llegar.

Cinco minutos más en silencio y estamos en casa de Danny. Exactamente como la recordaba, pero esta vez sin Vicky esperándonos en la puerta.
Salimos del coche y Danny se pone delante indicándome el camino. Los nervios vuelven a mí y por un momento siento que me voy a desmayar.

Uno, dos, uno, dos. Respira.

- ¡Danny! - le grita una mujer abrazándolo.

- Hola mamá. - responde él sonriendo.

- Oh, traes un amigo. Tú eres..

- Do-dougie, encantado. - me presento con mi mejor sonrisa.

- Yo Kathy.

Me sonríe y me siento un poco más tranquilo.
Entramos en la casa y me quedo impresionado. Es enorme, está bastante bien decorada y totalmente limpia. Danny no se parece en nada a su madre, desde luego que no.

- ¿Y Vicky? - pregunta Dan - Doug tiene ganas de verla.

- Pues estará en su cuarto con los cascos, ya sabes cómo es.

- Ya, está sorda.

Ambos ríen y Danny sube las escaleras en busca de su hermana.
Me quedo en el pasillo esperando hasta que él me hace unas señas, quiere que suba.

- ¿Te piensas quedar ahí? ¡Vamos!

- Eh, yo qué sé..me da vergüenza invadir tu casa. - le contesto.

- Ay..pollito.

Un momento, un momento. Necesito una pausa..¿pollito? Genial, otro mote nuevo para la gran lista.

Llegamos arriba y entramos en la segunda habitación, así, sin llamar. Dentro está Vicky con los cascos puestos, cantando y saltando como loca.
Ante la situación tan graciosa que tengo ante mis ojos, me empiezo a reír descontroladamente. Danny me mira y al parecer se contagia de mi risa, porque empieza a reírse igual.

- ¡Eh, cabrones! - grita Vicky - ¿Os reís de mí?

Danny asiente sin parar de reír y yo intento contenerme.
Hacia tiempo que no me reía tanto, por eso me gusta Vicky. Me da confianza, seguridad y me hace sentir bien. Se nota que es la hermana de Danny.

- Dios mío, si te vieras..

- Calla pecoso. - dice acercándose a mí - ¡Dougie, has venido!

Me abraza y sonrío ampliamente.
Vicky es una de esas personas con las que es imposible no sonreír todo el rato, transmite felicidad por todas partes.

- Sí, tenía ganas de verte. - le digo.

- ¡Awwwwwwwn! Danny, sin duda Dougie es lo mejor del mundo.

Me sonrojo y espero su contestación.
Puede que no diga nada o que su respuesta no me guste, pero quiero saber qué piensa respecto a eso.

- Lo sé. - dice él.

- Oh dios, Danny tiene fiebre. ¡Ha reconocido algo! - ríe ella.

- Eres idiota, encima..Dougie, consuélame.

Se acerca a mí haciendo pucheritos y no puedo evitar reírme.
Me abraza fuerte, me da un beso en el cuello y mira a Vicky con cara de niño pequeño sin soltarse de mí. Una situación que nunca me habría imaginado, pero que me gusta.

- ¿Puedo deciros algo? Me encantáis, enserio. Es que sois tan cuquis juntos..yo os quiero de peluches para mi cuarto.

Danny y yo reímos al unísono cuando la puerta se abre.
La madre de Danny nos mira extrañada y él se aparta rápidamente de mí.

- Chicos, me tengo que ir. - dice - Os dejo la comida hecha.

- ¡Perfecto! - responden Vicky y Danny a la vez.

- Hasta luego Dougie, espero verte pronto. - me dice sonriendo.

Le devuelvo la sonrisa y Vicky me mira de una forma bastante rara.
Primero a mí, luego a Danny, a mí, a Danny. Hace el recorrido varias veces mientras el pecoso y yo la miramos extrañados. ¿Qué estará planeando?

- Que..he pensado..mejor me voy. Os dejo solos.

Remarca esa palabra y le guiña un ojo a Danny.
Éste, por primera vez, se sonroja delante de mí. Nunca había visto a Danny sintiendo la más mínima vergüenza hasta hoy, y quiero saber por qué.

- Así que..divertíos mucho. - dice - Adiós Doug, adiós hermanito.

Nos da dos besos y un abrazo a cada uno, y se va bastante feliz.
Me gustaría saber qué ronda por su cabeza, y sobre todo, qué ronda por la de Danny. ¿Y si ya ha terminado toda la magia y es el momento en el que el Danny que conocí vuelve?

Qué dices Dougie, eso no.

- ¿A qué se refería tu hermana? - pregunto directo.

- Pues..a que hagamos cosas juntos.

- ¿Me vas a matar y luego me tirarás a la basura a pedazos?

- Joder enano, ves muchas películas. - ríe - Me refiero a cosas más..íntimas.

Miedo.
Creo que empiezo a entender por dónde va la cosa y no quiero. Bueno, no es que no quiera pero..no estoy preparado, para nada.

Espera, ¿qué mierda estás pensando? A lo mejor se refiere a otra cosa.

- ¿Como cuáles? - le pregunto.

- No te hagas el tonto, sabes perfectamente a qué me refiero.

- Ya, pero espero que no sea eso. - respondo serio.

La cara de Danny cambia dejando ver decepción en ella.
Ahora mismo me asusta la idea de que estemos en su casa, solos y sin nadie que en un momento dado me pueda ayudar. No quiero decir que me vaya a hacer nada pero..¿y si se vuelve loco?

Vale ya, estás delirando.

- Pollito, ¿me estás escuchando? - me pregunta pasando su mano por delante mía.

- Eh..no. Perdón, perdón. ¿Qué me estabas diciendo?

- Que si no quieres hacerlo te entiendo, es normal. - dice.

- Ya sabes que yo nunca..

Danny sonríe levemente y asiente sin decir nada.
Se acerca, pone su dedo índice en mis labios y me calla con un beso. No sé si intenta tantear el terreno, pero tengo que evitarlo.

- Yo tampoco lo he hecho nunca con un chico así que..estamos en las mismas. - dice besándome otra vez.

- No, sabes que no. Tienes experiencia, yo no tengo nada. - respondo.

- No empieces con las inseguridades Doug, ya sabes que yo también tengo miedo..

- Me has dicho que me entiendes. - le digo girando la cara.

Él resopla y se pone delante de mí.
Me agarra de la barbilla y me observa como si nunca me hubiera visto, detalle por detalle. Niega varias veces con la cabeza y me besa. Pero esta vez es un beso un poco más brusco, más intenso. Un beso que me gusta más de lo que me suelen gustar los de todos los días.

- Danny. - digo separándome - De verdad, para. Que no puedo.

- Está bien. ¿Bajamos a comer?

Asiento y me coge la mano tirando de mí hacia la cocina.
Sé que es posible que le haya decepcionado un poco, pero estoy casi seguro de que no es el momento.

Espera, ¿por qué he dicho casi seguro? Debería estar completamente seguro..

sábado, 2 de abril de 2011

Publicidad.

No, obviamente no es otro capítulo..no soy tan buena xDDD
Es para haceros publi de mí misma. (Hola Ego) Esta mañana he creado un blog para todos mis OS/historias cortas de como mucho tres partes..y bueno, que os hago publi para ver si os gusta.

¡No tardaré mucho en subir aquí, tengo gente que me amenaza! *Ella lo sabe* 
¡Besitos de Danielitos! :3

Capítulo veintiuno.

Chop chop! He vuelto.
Esta vez no he tardado tanto porque ya tenía el capítulo escrito..pero a saber cuándo vuelvo a escribir xD
Nada, ¡a leer! Espero que os guste :3

La conversación de ayer con Danny terminó entre risas, como siempre.
Dejamos de lado el tema de sus amigos, el tema "nosotros" y los malos rollos.

Aunque todavía quiero saber qué piensa..

Salgo del baño recién duchado y me dirijo al armario para elegir qué ponerme hoy.
Quiero salir de casa, ver el sol y disfrutar del aire limpio.

- ¿Qué haces? - me pregunta.

- Pelar ajo. ¿No me ves? Voy a vestirme. - contesto bromeando.

Danny me saca la lengua indignado y mi sonrisa se amplía un poco más.
Espero a que se vaya para poder vestirme, pero veo que sigue quieto mirándome.

- Bueno.. - empiezo - me quiero vestir.

- ¿Puedo quedarme?

Mis ojos se abren y mis manos comienzan a sudar.
Puede parecer una tontería, pero si de por sí las cosas normales del día a día me ponen nervioso, preguntas como esa aún más.

- Qué dices, no digas chorradas.

- ¿Por qué no? - pregunta - No voy a ver nada que no haya visto antes en otras personas.

Danny ríe y yo quiero morir en este preciso instante.
Y es que todavía no ha entendido que este tipo de situaciones me dan muchísima vergüenza. No lo ha entendido o no quiere entenderlo.

- Me da igual. - le digo - Venga Dan, sal.

- Pero por dios Dougie, que no es ningún pecado.

Vuelve a reír mientras se acerca y pone su mano en mi hombro derecho.
Sé que intenta darme un poco de confianza, pero lo único que consigue es que me ponga más y más nervioso.

Como me desmaye o vomite..verás.

- Ya sé que no es pecado idiota. Simplemente me quiero cambiar solo, punto.

Intento que mi tono de voz suene seguro y tranquilo. Necesito que vea que estoy hablando totalmente en serio y que lo quiero fuera de mi habitación ahora mismo.
Pero no, mi voz ha salido bastante distinta a lo que quería. Me ponen la voz de Mickey Mouse al lado y no se distingue de la mía.

- Venga, no te pongas nervioso ahora. - dice - No te he hecho nada.

- Y-ya. Pero quiero cambiarme y no me dejas.

- Mentira. Yo te dejo, pero quiero quedarme aquí.

- Y yo no quiero que te quedes.

Y eso es..mentira.

Vale, mi yo interno ha hablado y está más que claro que si fuera por él, Danny se quedaría aquí y yo tardaría menos de dos segundos en tirarme encima suya.
Pero por suerte o por desgracia, el que decide soy yo, no la vocecita de mi cabeza.

- No me jodas enano. - dice acercándose - Te encanta estar conmigo.

Trago saliva y Danny me regala su sonrisa de medio lado.
Se sigue acercando hasta tenerme a escasos centímetros y acaricia mi espalda.
Escalofríos y más escalofríos, no siento nada más. Se me ponen los pelos de punta y Danny lo nota, porque su sonrisa se hace mucho más amplia.

- ¿Enserio no vas a dejar que me quede? - me susurra al oído.

- N-n-n-o.

Niega aún con la sonrisa en los labios y me da un suave beso en el cuello.
Sé perfectamente lo que está haciendo y sabe que como siga, caeré a sus pies sin rechiste alguno.

- Danny, - digo como puedo - para.

- ¿Que pare de qué?

- De hacer lo que estás haciendo.

- ¿Y qué estoy haciendo? -  me pregunta.

- Lo sabes muy bien.

- Si tú lo dices.

Ladea su cabeza, expresa una mueca de indiferencia y vuelve a su proceso para ponerme nervioso.
Sonríe, se acerca, me besa. Sabe exactamente lo que tiene que hacer para que yo muera, y lo está haciendo.
Acaricia mi pecho limpiando las gotas de agua que aún caían por él, mientras sigue depositando besos por todo mi cuello.

Voy a morir dentro de unos..¿ya?

Prometo que intento alejarlo, pero no puedo.
Mis brazos están totalmente bloqueados, o mejor dicho, yo entero lo estoy. No soy capaz de mover ni un músculo, y todo por su culpa.

- ¿Cómo vas? - pregunta de repente.

- ¿Qué?

- ¿Has cambiado ya de opinión o qué?

- Danny, ésto me parece una estupidez. - le digo.

- Si me dejaras desde un principio quedarme aquí, no seguiría. - me contesta - Pero veo que te gusta que te den mimitos.

Sonrío inconscientemente y eso da puntos a su ego.
Ahora es cuando sabe con toda seguridad que estoy rendido a sus pies, que haga lo que haga yo voy a seguirle.

Sube su mano hasta mi cabeza y me acaricia el pelo como si fuera irreal.
Se acerca lentamente mientras mi corazón comienza a latir con fuerza y me besa. Dulce, despacio, delicado. Me besa como si fuera una pequeña muñeca a la que no quiere hacer daño.

Una muñeca, una nena..como siempre.

Me aparto de él bruscamente tras el comentario que acaba de soltar mi mente, haciendo que se quede asombrado.

- ¿Qué pasa? - pregunta.

- Nada. - le digo dirigiéndome hacia el armario.

- Dougie, no soy tan tonto como crees.

- Pues vale.

Sé que no me estoy comportando como debería, que él no tiene la culpa de mis inseguridades. Pero, ¿acaso hay alguien más con quien pueda pagarlo?

- ¿Es por algo que he hecho? - insiste.

- Que no pasa nada. - contesto poniéndome los bóxers - Me he cambiado contigo aquí, así que ya puedes estar feliz.

La expresión de Danny no cambia, y por un momento tengo miedo de haberla cagado demasiado.

- ¿Qué? - le pregunto.

- Nada, que me desconciertas.

- ¿Por qué? Es lo que querías.

- ¡Joder Dougie! - dice - Nos estábamos besando, iba todo genial y de repente..te separas con cara de besugo y me dices que no pasa nada. ¿Cómo cojones me tomo yo eso?

Danny resopla y se pone a dar vueltas por la habitación.
En cierto modo sé que lleva razón, pero no sé cómo explicarle que nuestra..relación, o lo que sea me da miedo, que odio ser la nena en todo. Que no me he sentido del todo a gusto en ese último beso.

- Lo siento. - digo agarrándole del brazo - Te prometo que no es tu culpa.

- ¿Y entonces de quién es? Solo puede ser mía.

- O mía. Danny tengo miedo. - le respondo avergonzado.

- ¿Miedo? ¿De qué?

- De ti, de mí, de nosotros. De los besos, las caricias y los te quiero. De todo.

Resoplo y llevo mi mirada al techo.
No quiero llorar, no quiero mostrarme más débil ni que Danny piense que es su culpa.

- Eh, - dice sujetando mi barbilla - ¿piensas que yo no lo tengo? Llevo toda mi vida detrás de pelucas rubias, morenas y pelirrojas con un par de tetas bien puestas, y ahora llegas tú y mira.

Coge mi mano y la pone encima de su pecho, en la parte del corazón.
Puedo escucharlo latir con fuerza, sentir que está vivo.

- ¿Sabes? - sigue hablando - Todos tenemos miedos pero..nosotros nos tenemos para superarlo juntos.

- Para ti es más fácil. - respondo.

- ¿Por qué?

- Porque tú no eres el rubio, bajito y con cara de niña. Tú no eres el delicado y frágil. Ni el débil, ni el nenaza. Tú no eres la parte femenina.

Mis ojos se inundan de lágrimas que esta vez se me hacen más difíciles de evitar.
Odio decir lo que siento en voz alta, me hace más daño.

- Tú tampoco. - me dice - Vale, las tres primeras cosas las tienes, pero no es nada malo. ¡A mí me encantaría estar suavito y no tener estas pecas adornando mi cara!

- Ya, claro. No lo digas para que me sienta mejor Danny.

- Lo digo en serio. ¿Y delicado? Delicados somos todos enano, pero hay personas que lo muestran más que otras. Eres frágil, es cierto. Pero lo eres porque no confías en ti mismo. Si te llamas débil por ser torpe en los deportes, sin comentarios a eso. Y en cuanto a lo de nenaza..cada uno es como es, ¿vale? Ese toque femenino que tienes es algo que te caracteriza, algo que te hace ser tú. Y algo que la gente adora aunque no lo sepas.

Esboza una sonrisa y mis lágrimas se escapan haciendo su habitual recorrido por mis mejillas.
No sabría decir si ahora mismo lloro también de emoción, porque las palabras de Danny han sabido transmitirme confianza.

¿Y si tiene algo de razón?

- No llores idiota, que sonriendo estás más guapo. - dice limpiando mis lágrimas.

- Gracias. No sé si piensas eso de verdad pero..muchas gracias.

- Claro que lo pienso, no lo dudes nunca. ¿Te enteras? Nunca.

Asiento y Danny abre sus brazos dejándome ver que es el momento de que le de un abrazo. Apoyo mi cabeza en su pecho y él me envuelve en sus brazos. Me siento protegido, más fuerte, más tranquilo.
Sus abrazos, sus palabras, sus gestos..todo hace que me sienta mejor. Todo me ayuda a confiar un poco más en mí cada día y a ser un Dougie diferente.

Y es que Danny se está convirtiendo en alguien demasiado importante.